El transfuguismo era una de las mayores lacras de la vida política municipal. Por suerte, la ley en 2011 terminó con las mociones de censura de los tránsfugas.

Suscribo la definición de tránsfuga del catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Granada don Federico Castillo Blanco: "un concejal elegido en el seno de una candidatura, lista cerrada que presenta un partido a las elecciones, en la mayoría de los casos por razones inconfesables cuando no por causas inmorales o ilícitas, abandona la disciplina del grupo al que pertenece y de manera desleal con sus compañeros, se cambia de bando político consiguiendo unas veces la ingobernabilidad de la ciudad y otras derrocar al alcalde con una moción de censura".

La Ley 2/2011 exige una mayoría reforzada a la hora de solicitar una moción de censura, precisamente para evitar la lacra del transfuguismo. Es por ello que la moción de censura presentada en Villalpando no es válida al no cumplir con este requisito. Lo que no deja de ser preocupante por parte de sus promotores, que o bien desconocen la legalidad vigente o bien buscan notoriedad en su afán de desestabilización.

No voy a negar que me desagrada esta situación provocada por concejales que pretenden ocupar la alcaldía sin respetar las leyes ni la voluntad popular de las últimas elecciones en las que se votó una lista cerrada que yo encabezaba. Cualquiera con sentido común y dignidad, en el caso de no estar de acuerdo con el alcalde, hubiera presentado su dimisión para dar paso al siguiente de la lista. Y si quiere ser alcalde, que se presenten a las próximas elecciones, que están a la vuelta de la esquina.

Obviamente, después de diez años trabajando por y para Villalpando, con una gestión de la que me siento muy orgulloso no puedo dar un paso atrás y dejar en manos el municipio de personas que están demostrando su escasa cualificación y respeto por las instituciones. Y que al margen de su desconocimiento de la legalidad vigente, apenas han aportado nada en los últimos tiempos más allá de su beligerante discrepancia por la elección del ganado para las fiestas de San Roque, las cuales -a pesar del intento de boicot por parte de sus escasos afines-, se han desarrollado con más brillo que nunca, si cabe . Siempre he entendido que los concejales, al margen de las siglas, están para construir. Por suerte o por desgracia, un municipio como Villalpando tiene problemas más importantes que la elección de unos toros que, por cierto, han dado un juego precioso en el campo y en la plaza durante los últimos festejos.

Hasta hoy, he tratado de no salir al paso a cada una de las opiniones contra mi persona que este grupo de personas ha emitido en medios públicos y redes sociales, porque considero que no estamos en un patio de vecinos. Y, desde luego, no pienso caer en la provocación. Seguiré trabajando por Villalpando con la misma ilusión con que empecé mi andadura como alcalde de todos los villalpandinos, quienes tienen el suficiente criterio como para saber lo que está ocurriendo. Decir que tomo por ignorantes a mis paisanos no merece siquiera mi contestación. También desde un blog, administrado por un señor que me tiene una animadversión personal que roza la obsesión, se están realizando permanentes acusaciones falsas y manipulando noticias. En defensa de la verdad y de mi honor, en breve emprenderé las acciones legales pertinentes.