El pueblo de San Justo festejó ayer sus fiestas principales dedicadas a los niños Justo y Pastor, martirizados y degollados por Diocleciano en el siglo IV. Las imágenes de estos dos niños mártires no salen en procesión, aunque el pueblo sí saca en procesión la imagen de la Virgen de la Asunción. Abrían el recorrido procesional, niños y mayores portando el estandarte y la cruz Parroquial y los faroles, al paso de los gaita y tambor del grupo "Atrapallada". La imagen a hombros destacaba por su altura en el recorrido, marcando la devoción de sus feligreses, la mayoría emigrantes. El recorrido por el Barrio Bajo regresó de nuevo al templo donde el sacerdote, Juan Manuel Vime, ofició la misa, ya que la procesión precede a los actos en el templo.

San Justo es de los pocos pueblos que mantiene la costumbre de recorrer las calles con la Alborada nocturna, al son de gaitas y tramboriles, ya que en el pueblo hay un puñado importante de maestros y aprendices.