Siete de cada diez kilómetros de las rutas seguras para ciclistas de la provincia de Zamora discurren por la Tierra del Vino, comarca que cuenta con dos de los tres tramos señalados con tal calificación por la Dirección General de Tráfico, dos en carreteras autonómicas y uno en provincial. El conjunto de la provincia cuenta con 97,5 kilómetros de rutas seguras para ciclistas de los cuales 69,5 son de Tierra del Vino.

En concreto se trata del tramo de 42,2 kilómetros de la ZA-305, una carretera de la red complementaria autonómica, que discurre por los núcleos urbanos de Entrala, San Marcial y Peñausende. A estos se suman los 27,3 kilómetros de ruta segura de la carretera provincial ZA-P-1102, que discurre por Villaralbo, Villalazán, Granja Florencia y Peleagonzalo en dirección a Toro. Finalmente, ya fuera de la comarca del Vino, figuran 28 kilómetros de la CL-612, la carretera de Villalpando, entre Zamora, Monfarracinos, Benegiles, Aspariegos y Castronuevo.

Condición indispensable para convertirse en ruta segura para ciclistas es ser vía de doble sentido, no ser una carretera con una alta intensidad de tráfico, no contar con puntos negros o formar parte del listado de tramos con concentración de accidentes, además, debe tener buen estado de conservación. Los técnicos se fijan especialmente en el estado de los arcenes.

La velocidad máxima para dichas rutas se limitará a 80 kilómetros por hora, cuando el arcén esté pavimentado y tenga un ancho igual o mayor a 15 metros. Si no es así, la limitación se fijará en 70 o 60 kilómetros. Con estas cifras se busca un equilibrio que garantice la seguridad de todos los usuarios de la vía. Por lo general estas limitaciones de velocidad se aplicarán en días festivos por la mañana o sábado y festivos. Esta normativa puede regir todo el año o sólo durante un período concreto, cuando más tráfico de ciclistas se produce. Toda la información vendrá reflejada en la señalización específica tanto al principio como al final de la ruta.

Pero hay más. Estos tramos se vigilarán de forma especial a través de los helicópteros Pegasus de la DGT.

Lo que se intenta es diseñar un sistema que garantiza una mayor seguridad y protección a los ciclistas que se lanzan a la carretera, principalmente los fines de semana, eso sí, para que sea totalmente efectivo es necesario el cumplimiento de las normas por parte de todos los usuarios de la vía.