Villaescusa vivía ayer una envidiable jornada taurina que comenzó con un encierro campero que atrajo a más de 150 caballistas y a numerosos aficionados del toro de las provincias de Zamora, Salamanca y Valladolid, convirtiéndose en la cita más importante del mundillo este fin de semana.

El festejo contó con dos toros de la ganadería Santa María de los Caballeros, de Fuentelapeña, bien presentados pero de caracteres diferentes. Uno de ellos huyó pronto en dirección a Fuentesaúco para refugiarse en una alameda, el otro permaneció en la pradera dando buenas muestras de su bravura y proporcionando gran juego durante casi dos horas y media a todos los jinetes que tuvieron la oportunidad de lucirse en animadas carreras.

El único incidente reseñable que causó el bóvido fue el derribo de un caballo y su jinete. El afectado fue atendido en el lugar por el equipo médico desplazado hasta el festejo, y según fuentes municipales no presentaba un pronóstico grave.

Gajes del oficio aparte, el encierro continuó, presenciado en la distancia por las peñas locales desde sus remolques, y desde coches y quads por cientos de aficionados foráneos que se acercaron hasta Villaescusa. No eran pocos los que añoraban los años en los que los vehículos podían influir en el discurrir del encierro acercándose mucho más al toro, algo que actualmente está prohibido por la Junta de Castilla y León, por eso tanto la Guardia Civil como el Ayuntamiento de Villaescusa procuraron en todo momento mantener "a raya" a todas las ruedas durante el encierro.

Finalizada la fiesta campera, la mañana continuó con un encierro urbano y por la tarde un toro de cajón puso el punto y final a unas fiestas patronales que tuvieron su momento álgido en el concurso de cortes de la madrugada anterior, de la que salió vencedor Eusebio Sacristán "Use", de La Seca (Valladolid). Los cortadores hicieron exhibición de todas sus habilidades y supieron exprimiral máximo la bravura de los novillos ante una grada llena.