Marcelino Gutiérrez Pascual se convertirá hoy en uno de los curas más históricos del Arciprestazgo de Aliste al cumplir 50 años continuados de labor sacerdotal, evangélica y humana en el mismo pueblo: Mahíde.

Gutiérrez Pascual, don Marcelino para los feligreses, amigos y conocidos, nació un ya lejano día 4 de octubre de 1941 en Verdemarbán, en el seno de una familia ejemplar, siendo él el mayor de cinco hermanos. Pronto aquel niño cogía las maletas, con solo diez años, camino de Toro y en el Seminario Menor, cursaba los dos primeros cursos, en 1951 y 1952.

Su ordenación sacerdotal llegaba el 10 de septiembre de 1964, hace ya 53 años. Su primera misión y destino estuvo en dos barrios de la capital zamorana: "Santa Lucía" y "La Horta". Allí permaneció solo tres años, hasta que a finales del mes julio de 1967, el Obispo de la Diócesis de Zamora, le destinaba a tierras alistanas, más concretamente a la parroquia de Santa María Egipciaca de Mahíde, pueblo al que llego el 22 de julio, aunque su antecesor don Gregorio no se había despedido y su primera misa fue el día 25.

Poco podía imaginar él y sus nuevos feligreses que aquella aventura iba a perdurar medio siglo: Un viaje a la ribera del río Aliste, a la vera de la Sierra e la Culebra, que le convertiría, sin lugar a dudas, en uno de los sacerdotes más admirados, respetados y queridos de cuantos llegaron a Aliste en toda su historia. Sus pueblos, parroquias y feligreses le llevan en el corazón y el día 19 de agosto se le rendirá un sentido y merecido homenaje en su querido Mahíde.