Es de color blanco, con cierto olor a pescado, y no jabonosa. Pero sobre todo, la espuma aparecida durante los días ventosos a orillas del Lago de Sanabria no se debe a factores contaminantes. Así se desprende de una investigación llevada a cabo por el Aula de Estudio Lago de Sanabria (AELS) del Área de Biología Animal y Ecología de la Universidad de Salamanca.

El fenómeno, hasta ahora poco habitual en Sanabria pero muy frecuente en otros parajes naturales de todo el mundo, es conocido como la "formación de espumas endógenas" y su origen no está basado en la presencia de vertidos urbanos sin depurar sino que radica en una compleja combinación de factores naturales y biogénicos.

En concreto, el estudio concluye que la espuma está integrada principalmente por compuestos orgánicos producto de la descomposición de vegetación acuática (como las algas) o de exudados de organismos acuáticos (como el fitoplancton). "Cuando se descompone, la materia vegetal libera diversos compuestos al agua con propiedades surfactantes, es decir, similares a los jabones, como proteínas, lípidos o azúcares, siendo los ácidos lipídicos los principales protagonistas de este fenómeno", explican.

En ocasiones, estas sustancias las forman ácidos orgánicos que provienen de la descomposición de material vegetal de zonas boscosas, humedales o turberas existentes en las cuencas de los lagos pero "suelen tener un color más pardo", señalan.

Así, al igual que los lípidos o aceites usados en la fabricación del jabón, estas sustancias flotan al pesar menos que el agua y, al ser batidas con el oleaje producido por el viento, se forman burbujas de aspecto jabonoso que son arrastradas hacia las orillas pudiendo acumularse con varios decímetros de espesor.