Una docena de perros sin control sanitario y sin chip identificador campan por sus anchas en el pueblo de Rabanillo, sin que hasta ahora se haya procedido al control de los animales. La situación está provocando problemas de convivencia y salubridad porque algún vecino residente en el pueblo se dedica a alimentarlos, arrojando restos de carne en la campa situada detrás de la iglesia.

Los desperdicios cárnicos se han convertido en un problema de salubridad por la proliferación de moscas y de olores en varias zonas del pueblo. Los vecinos han dado traslado de la situación al Ayuntamiento de Galende que preside José Manuel Prieto y al servicio del Seprona de la Guardia Civil para que intervengan, aunque con escaso éxito hasta la fecha.

Hay puntos en la zona céntrica del pueblo donde los perros han arrastrado todo tipo de plásticos y trapos, convirtiendo la zona en un basurero a las puertas de las casas.

Por otro lado, el comportamiento territorial de los perros ha ocasionado más de un problema con ciclistas, con paseantes, e incluso con algún agente de la autoridad, que también se han denunciado. Los vecinos ven cómo los perros entran en las fincas y en el entorno de las viviendas sin ningún miedo en cualquier momento y a cualquier hora.

El calor de estos días mantiene a los animales a resguardo del sol, pero sin abandonar las inmediaciones de las casas.

El vecindario ha denunciado en varias ocasiones la situación, al igual que se ha denunciado cuando los animales han puesto en problemas a las personas que frecuentemente tienen que entrar en las casas, como los carteros.