Con una concurrida entrega de premios cerró ayer la fiesta de la XXV concentración de Motos Lago de Sanabria "batiendo récord", en palabras de la organización "Sanabria se mueve", con los 3.000 inscritos finales y los 9.000 participantes. La actuación de la Banda de Gaitas As Portelas abrió el apetito de un público deseoso de ser el agraciado de los 30 jamones "trofeo" que se entregaron este año en presencia de alcaldes y concejales, además de una representante de la "Fundación Personas" que ha colaborado en esta edición.

Los primeros jamones empezaron a descolgarse. Y el primero en caer fue a manos de la primera motera inscrita, Helena Ferro, y el primer motero, Moisés Espárrago. Dilema para entregar el premio a los más lejanos, José Moares y la pareja Alfonso y Nagore López que, por decisión popular, recibirán su jamón tras la "hazaña" de venir desde Cádiz en una 125. Y el transporte no es problema en palabras del más joven participante, Iker Coca, "atado con una cuerda". El motoclub "Moteros de Morrazo", el más numeroso, también recibirá su premio por participar por aclamación del público.

El acto concluyó con una última canción "El mandil de Carolina" que la banda sanabresa dedicó a los magos que han arrancado más de una sonrisa a lo largo de sus actuaciones, que han viajado siguiendo las actividades programadas por toda la geografía sanabresa.

Un viaje que alcanzaba su máxima intensidad el sábado por la noche con el descubrimiento de la placa que la familia González encabezó para conmemorar estas bodas de plata de la concentración que han unido a los sanabreses con moteros de todos los rincones de España. "A los que rodaron" recuerda la leyenda dibujada por el dibujante leonés Miguel Ángel Castro y que la noche del sábado se convirtió en lugar de visita obligado, después de que las más de cuatro mil motos ascendieran a San Martín de Castañeda, en una interminable estrofa de rugidos de tubos de escape acompañando la antorchada.

El acróbata Emilio Zamora dio un primer pase vespertino para poner a punto sus motos, sus cars, su minimoto y su sonrisa. Emilio Zamora alimentaba al público con sus proezas sobre dos ruedas -incluso retirando dos ruedas de su car- y su eterna sonrisa. En una palabra "disfrutaba". Su espectáculo no solo consumió gasolina, sino que se nutrió de muchos aplausos y del reconocimiento del público. Un espectáculo que seguirían miles de personas a la una de la mañana, cuando se esperaba la mayor afluencia para poner en marcha el espectáculo de "Selvática".

El único incidente grave lo protagonizó un vecino de Doney, que puso en riesgo a otros participantes en la concentración al conducir de manera temeraria su vehículo, sobre las seis de la tarde del sábado, hasta que fue detenido por la Guardia Civil. Los agentes identificaron al conductor y le practicaron la prueba de alcoholemia, ya que presentaba signos evidentes de embriaguez. Por lo demás, los miembros del dispositivo están satisfechos por la educación de los participantes y su colaboración con el dispositivo de seguridad.