Viticultores de la Denominación de Origen Arribes del Duero, de Fermoselle, denuncian significativos daños en algunos viñedos de la zona a causa de la tormenta de pedrisco que azotó la zona durante unos breves pero intensos momentos de la tarde del pasado jueves.

La piedra golpeó especialmente a las plantaciones de viñedos radicadas en la zona más alta del término, en la zona conocida como Las Llagonas y el Chinal.

Los impactos del pedrisco quedaron puestos más que de manifiesto en los racimos de uva que sufrieron con contundencia la granizada y que tendrá una repercusión importante en los resultados de la cosecha del presente año.

La superficie de viñedo más afectada por la tormenta "es la que va desde la zona de la gasolinera hasta la Hacienda Durius" apunta José Antonio de la Torre Berdión. En esta zona se hallan algunas de los viñedos mejor cuidados del municipio y en las cepas puede verse los efectos del pedrisco con los racimos de uva machacados por los golpes.

El enólogo Miguel Ángel Prieto señala que el peligro que pueden derivarse del perjuicio de esta tormenta de pedrisco está "en la aparición de enfermedades como el oidio y el mildiu a consecuencia de la podredumbre de los racimos daños por la piedra". De aparecer el oidio, precisa, "provoca la paralización del desarrollo del grano de uva, que está en plena fase de engorde, ocasionando la apertura del mismo". La consecuencia tiene una repercusión en la cantidad y también en la calidad del fruto y del producto.

Otra de las consecuencias apuntadas por Prieto es que "en el caso de que se den enfermedades en la vid obliga a realizar unas podas más cortas del viñedo para preservar en todo lo posible la sanidad de las cepas".

No obstante, se pone de relieve que la superficie de viñedo afectada por el pedrisco es una zona limitada dentro del terreno destinado al cultivo de vid, puesto que la tormenta se ciñó a la zona de entrada a la villa de Fermoselle por la carretera autonómica 527.

Los viticultores de Arribes se muestran satisfechos del desarrollo que está siguiendo la maduración de la uva, pero expectantes ante las posibles afecciones del tiempo que pueda venir en adelante.