Identificados con el "carné del trotador", los 180 alumnos del instituto Tierra de Campos despidieron el curso escolar con una marcha solidaria acompañados de profesores y vecinos de la localidad que quisieron sumarse a la causa benéfica.

El recorrido, acortado debido a las altas temperaturas, finalizó al son de bailes latinos y supuso el colofón a la campaña solidaria que el centro lleva realizando desde principios de año y que ha estado enfocada primordialmente a la crisis de refugiados.

Promovida por los profesores David Alonso y Marian Sánchez, la iniciativa comenzó el Día de la Paz "con el claro objetivo de sensibilizar a los alumnos y poner en su conocimiento situaciones de desamparo por las que están pasando seres humanos como nosotros que por desgracia han tenido mayores dificultades en su vida", explica Sánchez.

Así, durante el mes de febrero se desarrolló un mercado solidario organizado al alimón con Oxfam-Intermon, oenegé que proporcionó productos de comercio justo como artículos de alimentación y productos de artesanía para su venta en el vestíbulo del centro.

De forma paralela, la biblioteca albergó la muestra de UNICEF titulada "El viaje de su vida" en la que se recreó la travesía de un migrante desde la marcha de su país de origen hasta la llegada a un destino incierto. "Hasta que llega al lugar elegido, o a donde le dejan o a no sé sabe dónde? ", lamenta la educadora. Además, la exposición fue ilustrada con testimonios infantiles reales que narraban su periplo a través de videoproyecciones a fin de lograr una mayor cercanía y empatía con los estudiantes.

Del mismo modo, un grupo de voluntarios de Manos Unidas se desplazó hasta la localidad villalpandina para celebrar una nueva edición de "El bocata solidario" con el objetivo de recaudar fondos en la lucha contra la pobreza.

La gratificante experiencia del primer trimestre del año intensificó el final de la campaña con una principal meta: el compromiso. "Nuestra prioridad es formarles como personas comprometidas ante situaciones críticas que tenemos hoy en día tan visibles inculcando así la colaboración, la tolerancia y el respeto a la diversidad", expresan desde el cuerpo docente.

Con esta finalidad, un bombero de "G-Fire", un maestro miembro de "Acción Norte" y un médico y una comadrona integrantes de "Amigos de Gambia" relataron a los alumnos sus experiencias en Siria y Lesbos, entre otras zonas de conflicto y de acogida de refugiados.

Además, un bailarín impartió un taller de danza africana que no solo dio a conocer los ritmos tropicales sino también aspectos culturales de la población originaria. Por último, cada alumno buscó patrocinio de forma individual para poder participar en la popular marcha solidaria.

En total, la recaudación de la segunda edición -la primera se celebró en 2015 por los afectados del terremoto de Nepal- ascendió a 2.500 euros que fueron repartidos entre los colectivos que colaboraron con la iniciativa de forma altruista. "Independientemente de ideas religiosas y políticas, todos somos seres humanos", concluyen desde el centro.