Las quejas no se han hecho esperar ni por parte de los vecinos de Sotillo ni por parte de los excursionistas que realizan la ruta a la Cascada y la Laguna de Sotillo. La falta de limpieza y mantenimiento ha jalonado la senda de obstáculos convirtiendo el ascenso y descenso en una peligrosa carrera de obstáculos. Esta ruta tradicional, convertida en itinerario turístico, tiene algo más de 7 kilómetros de recorrido total, circular, con un desnivel de unos 400 metros y un tiempo de duración total de tres horas aproximadamente.

Acceder es una aventura porque hay tramos donde la proliferación del matorral impide seguir la ruta originaria ya que se ha desviado de su trazado, especialmente el que desemboca aguas arriba en la Laguna de Sotillo. Quien no conoce el camino tiene opción clara a perderse porque la señalización tampoco sigue el camino tradicional.

"¿No esperarán que lo limpie yo?" se queja un vecino tras poner en conocimiento de la Guardería Medioambiental esta incidencia, a la espera de que limpien una de las rutas más demandas del Parque Natural. De nuevo la gestión del parque queda en entredicho entre la Junta de Castilla y León, a través de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, y los Ayuntamientos, en este caso el de Cobreros. De momento ninguna administración se ha preocupado de acondicionar el camino ante la llegada de los turistas en la época de verano.

La Cascada de Sotillo es una de las rutas de mayor afluencia del perímetro del Parque Natural del Lago de Sanabria, Sierra Segundera y Porto por su teórica "facilidad" aunque no está exenta de dificultad. El primer tramo, saliendo de la zona recreativa del arroyo Truchas, está empedrado y es irregular, además de bajar en varios tramos un pequeño caudal de agua. En otras zonas la preferencia de paso es del agua, encauzada en un caño destinado al riego de los pastizales de la zona baja.

La presencia de obstáculos puede traer problemas mayores, ya que son numerosos los accidentes por caídas o torceduras que se registran en este camino, a lo largo del año por el agua y la superficie irregular. Una evacuación de un herido a pie, en estos momentos, sería más que complicado.

Las dificultades vienen por la caída de árboles sobre el camino y ramas desde el pasado invierno fruto de las nevadas y los temporales de viento. El monte bajo, escobas y piornos, han cedido al peso de la nieve y han reverdecido doblados sobre el camino. El crecimiento de vegetación dificulta en algunos puntos seguir la senda, además de tratarse de espinos y zarzas. A mayores el propio camino es un reto, al discurrir unas veces por tierra y otras por granito irregular.

Tras la carrera de obstáculos, la recompensa son las vistas de las Cascada de Sotillo.