Los lobos regresaron anteanoche a las explotaciones de ovino de Gáname y, en esta ocasión, el perjudicado ha sido el ganadero Nazario Vega que, al ir por la mañana a la majada, se encontró con una res mordida en el pescuezo y desangrándose, y a la que trata de salvar con las correspondientes atenciones.

Como el resto de la decena de los ganaderos locales, Nazario Vega sostiene que el lobo es incompatible con el manejo de la ganadería extensiva, y afirma que la Junta de Castilla y León debe cuidar del lobo como los ganaderos cuidan de sus ovejas. "Los delincuentes van a la cárcel. El lobo debe estar donde no haga daño" expresa.

Aunque tiene seguro del lobo, que le permitirá cobrar los daños de los animales atacados por el predador, considera que es una póliza que no deberían suscribir los ganaderos porque los perjuicios los ocasiona una especie que gestiona la administración regional. "Lo que no queremos son daños porque, aunque los paguen, es como si el seguro paga la rotura de la luna del coche y todas los días tenemos que andar perdiendo la mañana poniendo lunas y recogiendo del suelo los cristales rotos".

En este caso el hatajo de animales estaba en una cortina ubicada a unos 150 o 200 metros del pueblo de Gáname.