Los ayuntamientos, si se mantiene la sequía, pueden tener dificultades para garantizar incluso el abastecimiento de agua potable a la población, dado que los acuíferos (manantiales y pozos de sondeos se sitúan ya bajo mínimos) y a partir del 1 de julio en muchos pueblos la llegada de emigrantes duplicara la población y por tanto el consumo. Varios ayuntamientos ya han publicando bandos advirtiendo la prohibición de usar el agua para riegos de huertas y jardines: solo se autoriza el consumo humano.