Las cámaras de videovigilancia instaladas en 11 puntos diferentes del noroeste de la provincia de Zamora contribuyeron a reducir un 65 por ciento la cifra de incendios forestales anuales y hasta un 70,5 la superficie calcinada desde su entrada en funcionamiento en agosto de 2013, debido principalmente a que permiten una mayor agilidad a la hora de atacar un punto con los medios disponibles.

Se trata de un área "conflictiva" en materia del fuego, tal y como la ha definido en ocasiones la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, motivo principal por el que se optó por este área como una de las primeras zonas en su colocación, en un territorio que cubre más de 100.000 hectáreas gracias a estas nuevas tecnologías que pueden ser cámaras de vigilancia y de localización vía térmica.

Hasta ahora, únicamente Sanabria, La Carballeda, el entorno de Villardeciervos y parte de Aliste cuentan con este sistema georeferenciado de cámaras de vigilancia, detección y seguimiento de incendios. A ellas se suman los Pinares de Soria y Burgos y próximamente, se sumará el Bierzo.

El jefe de la Sección de Incendios Forestales de Zamora, Manuel Moreno, explica que las cámaras no suponen el único factor que ha ayudado a la reducción de fuegos, aunque han tenido un peso importante. "Hay que tener en cuenta también que la propia gente está más concienciada y las condiciones meteorológicas de los últimos años", justifica Moreno, quien no esconde también el propio efecto disuasorio que las cámaras causan en la población. "Al principio hubo algo de tensión. No gustó tanto en estas zonas. Pero parece que se quedó ahí".

En el noroeste de Zamora, las once cámaras engloban una superficie de 100.000 hectáreas, también parte de León y de Portugal. Esta cantidad supone una quinta parte del total forestal de la provincia (500.000 hectáreas). Cada cámara se sostiene sobre una torreta de veinte metros de altura, en lugares preferentes y visibles, cuyas imágenes se transmiten en tiempo real y con la captación térmica al centro de mando autonómico provincial, en el Parque de la Marina de la capital.

Manuel Moreno aclara que la reducción del número de incendios en la comarca va en paralelo a la evolución provincial. El descenso no sólo se debe a las cámaras, insiste. En el periodo 2013-2016, desde que se puso en marcha esta tecnología en el noroeste de Zamora, la zona de mayor calidad ecológica de la provincia, se registran una media de 70 incendios anuales, frente a los 200 del periodo 2007-2012, es decir, un 65 %. En número de hectáreas, la cifra bajó de 3.400 a un millar.

La evolución es similar al del total de la provincia, que pasó de 440 incendios de media del periodo 2003-2012, hasta los 240 de los últimos tres años, desde que entraran en operatividad las cámaras. Por último, otro dato que evidencia un peso importante de las nuevas tecnologías son los conatos (incendios de menos de una hectárea), cuyo porcentaje sobre el total de fuegos pasó del 35 por ciento hasta 2013 a un 57 por ciento en Sanabria. "Esto es una buena noticia, porque es señal de que se detectan antes y se puede actuar más rápido", insiste Moreno. Moreno está acompañado en el centro de mando provincial de Zamora de Rubén Díaz, técnico de la Sección de Protección de la Naturaleza. El funcionamiento de las cámaras se basa en una fija de visibilidad y otra de carácter térmico. Ambas realizan rondas sobre sí mismas. Cada vuelta de 360 grados tiene duración de ocho minutos, en la que el contraste de calor de temperatura ambiente y el calor provocan una alarma y se marca en las pantallas con un punto de color amarillo.

No obstante, también se producen numerosas falsas alarmas debido a otros focos de calor que captan las propias térmicas.

En una provincia en la que más del 70 por ciento de los fuegos son intencionados y un 27 por negligencias, las cámaras han cobrado una extrema relevancia para acometer decisiones con rapidez. "Se han reducido los incendios también porque los que prenden saben que la capacidad de respuesta es más alta; pero las cámaras no están pensadas para identificar a la gente, aunque podrían utilizarse como prueba si sorprenden a alguien", justifica Moreno, quien sostiene que en las rondas de las cámaras no se produce esa grabación si no se activa desde el centro de mando.