La Tierra de Alba abrió ayer domingo de para en par sus campos, valles y montañas, caminos, veredas y carreteras, a las más de 700 personas que llegaron desde diferentes puntos de España y Portugal para participar en las rutas campestres del arroz a la zamorana, una de senderismo y otra de cicloturismo.

Una cita nacida hace ya siete años que se ha convertido en un referente nacional e internacional entre los practicantes del turismo de aventura y rural de interior y verde complementando y dando a conocer valores endógenos como la naturaleza, la cultura y la gastronomía tradicional.

La organización ha corrido a cargo desde la capital albarina por parte del Ayuntamiento de la Villa y del Club Deportivo Carbajales de Alba que dirige Roberto Fuentes Gervás, con la colaboración de otra de las entidades más activas de la zona albarina: "El Piélago" de Domez. También es destacable el apoyo de los voluntarios de Protección Civil de Alcañices.

La Plaza Mayor, junto a la iglesia de San Pedro Apóstol, brilló con el color y el calor de los hombres y mujeres, niños, jóvenes y mayores, que a las 9 horas tomaban la salida para conocer y disfrutar de la campiña albarina y sus valores naturales.

Los amantes de la bicicleta, alrededor de 500, tuvieron tres alternativas, una más larga de 75 kilómetros de dificultad alta, otra corta de 30 y dificultad baja y la tercera de 58 y dificultad media. Turismo sobre ruedas por los términos de Carbajales, Losacio, Ferreruela, Puercas, Domez, Vegalatrave, Losacino, Vide y El Castillo. Por entornos de un ecosistema rico en paisajes e historia como el río Aliste, Sierra de Cantadores o la antigua fortaleza.

Los senderistas, en torno 200. los más atrevidos recorrieron una ruta de alrededor de 17 kilómetros de sendas y el resto alrededor de 10 e hicieron bueno el dicho de hacer camino al andar.

El pabellón polideportivo cubierto acogió la comida de hermandad y de convivencia donde se degustó un autentico manjar: el arroz a la zamorana. Magnífica la organización con detalles de altura como ofrecer desayuno de bienvenida a los participantes, una bolsa con productos de la tierra, duchas y vestuarios e incluso guardería infantil para los niños y niñas de más de tres años de edad. Digna de alabar también el avituallamiento ofrecido en Domez por sus vecinos, pueblo que acogerá este año el Día de la Comarca.