El arroz a la zamorana es considerado por los expertos uno de los platos más populares de la gastronomía española. Un plato humilde, de origen campesino que tiene sus orígenes en la comarca fronteriza de Aliste y utiliza como principales ingredientes autóctonos los productos cárnicos de la matanza del cerdo, por lo general las partes más gelatinosas como la orejas y las patas (manitas).

Las primeras referencias escritas se remontan 133 años atrás. En 1894 aparecía como una de las recetas mas singulares de "El Practicón", guía de cocina referente en la época bajo la denominación "Tratado completo de cocina al alcance de todos y aprovechamiento de sobras" con 34 ediciones publicadas. Su autor, Ángel Muro, ya había incluido antes el arroz a la zamorana en un almanaque culinario tras una visita a la villa de Alcañices donde se la le sirvió su buen amigo José Alvarez Builla en el invierno de 1884.

La arroz a la zamorana tiene desde sus inicios como inseparable compañeras de viaje a las cazuelas de barro de la alfarería alistana de Moveros: las más grandes para cocinarla, al fuego de la lumbre de encina y urce (brezo) y en otras más pequeñas para comerla. Nacido para el frío otoño e invierno ha pasado a ser plato de todo el año.