El turismo geológico tiene en la provincia de Zamora sus lugares estratégicos, con especial calado Arribes del Duero. Un grupo de amantes de la Geología han vivido una experiencia aleccionadora durante el recorrido realizado el pasado fin de semana por el curso final del Esla y el tramo encajonado del Duero. Bajo las directrices de especialistas en geología como las profesoras Loreto Antón y Silvia Martín Velazquez, Dolores García del Amo y Cecilia Pérez-Soba, los participantes en este grupo de Geolodia contemplaron con sus propios "ojos geológicos" la evolución orogénica registrada al oeste de Zamora y puesta el descubierto en el Esla, en la zona de Ricobayo, y el Duero en su tramo de Almaraz a tierras lusas.

"Cientos de millones de años de evolución" tienen huella y su rastro aparece impreso en diferentes puntos de la morfología de Arribes según apunta Loreto Antón, que ya interpretó ciertos registros geológicos al estudiar un episodio fluvial aprovechando el proceso erosivo dibujado por el agua vertida por el aliviadero de la presa en el macizo: la llamada Cazuela de Ricobayo.

"Lo que aparece a la vista es la cicatriz de una colisión de antiguos continentes. La península ibérica no existía y esta zona era una montaña que se fue erosionando mientras la península se iba configurando y que ha dejado un paisaje enrasado frente a la orogenia posterior que configuró los Pirineos y la Cantábrica" relata Antón.

La geóloga subraya que "la zona de Arribes es el borde oeste de la cuenca del Duero y el drenaje del río inicialmente iba hacia la meseta hasta abrirse al Atlántico el drenaje interior. El cañón es la respuesta del Duero, que necesita erosionar para buscar el nivel de equilibrio que buscan todos los ríos desde la cabecera hasta la desembocadura en el océano".

Pone de relieve que "al pasar de una trayectoria de altura al nivel del mar necesita reconstruir el nivel de equilibrio y, como encuentra materiales muy duros, va transformando el camino y erosionando verticalmente".

Los integrantes del grupo aprovecharon la jornada para contemplar el gran meandro perfilado por el Duero en la zona de Los Infiernos, de Almaraz, donde el río marca una diferencia con su trayectoria previa al adentrarse en el surco profundo que configuran los Arribes, utilizado por las eléctricas para almacenar el agua y producir megavatios a lo grande. También visitaron la zona del Esla, con especial contemplación de la Cazuela formada por la evacuación de agua en el macizo de Muelas, que devoró en gran medida al infiltrarse por las fisuras y dejar como mella un cuenco de vértigo.

En el Duero de los farallones geológicos percibieron cómo el río, según explica Loreto Antón, "fue buscando las fracturas de la dura roca para, con los debidos quiebros, enfilar hacia la desembocadura en el Atlántico". En el paisaje geológico arribeño pueden verse "los minerales cristalizados en las litologías graníticas y metamórficas". "Todas éstas rocas se originan a kilómetros de profundidad, pero con la evolución del macizo las encontramos en la superficie" expresa Loreto Antón.

La excursión ha sido organizada por al UNED, la Universidad Rey Juan Carlos, la Universidad Complutense de Madrid y contó con el apoyo del Centro Asociado de la UNED, en Zamora.