Glorialdo Peños Nieto siempre es una garantía de la celebración de la Romería de la Santa Cruz y, año tras año, saca adelante el cartel anunciador y el correspondiente programa que este año, con motivo del 50 Aniversario de la desaparición, y la entrada en acción de Argusino Vive, lleva una programación complementaria.

- ¿A qué edad le cogió la inundación de Argusino?

-Tenía 32 años cuando la inundación. Mis padres tenían una tienda, panadería, estanco y lo que había en un pueblo. También agricultura. Yo ya me había casado. En casa de mis padres siempre estuvieron los ingenieros y topógrafos de Iberduero y conocía lo que pasaba de primera mano porque por las noches, cuando llegaban a casa, nos poníamos a jugar una partida al dominó porque nos gustaba a los ingenieros y a mí. Empezaron por querer hacer tres presas pequeñas, luego dos y, al final, una. A mi padre, Santiago Peños, le decían que iba a llegar el agua a la puerta de la iglesia. "Eso no lo creo yo" decía. Los ingenieros y topógrafos andaban con burros y las miras. Señor Santiago, le dijo la última vez, le voy a dar una noticia: la torre de la iglesia va a quedar 30 metros debajo del agua.

- ¿Cómo fue el proceso de la expropiación?

-El primero que vino fue el obispo. Pero antes de esto en el Imperio escribí que "nunca me opondría al progreso pero que se pagara debidamente y que se hicieran las cosas bien. El obispo vino con mucha mano izquierda. Dijo que había que aceptarlo como bueno y, en fin. Yo le decía que no estaba en contra ni de la presa ni de una carretera, pero pedía que la gente quedara contenta y quería que se hiciera un pueblo nuevo.

- ¿Hubo una aceptación de las formas por parte de la población?

-La gente no quedó nada satisfecha con lo que vio. A los pocos días vino el gobernador, Tomás Pelayo Ros. Llegó con otros aires: que no había más remedio... que aquello había que hacerlo... ¡Pero bueno, dijo, ustedes creen que por una casa de estas les tienen que dar una casa nueva! Salimos poco bien. Era un viernes. El sábado a primera hora de la mañana se presenta la Guardia Civil y me informa que esté a primer ahora de la mañana en el despacho del Gobernador. No me mandó sentar y me dijo: solo le voy a decir una cosa, el primer día que se manifieste ahí hay un lugar en la carretera de Almaraz. ¡Pero si yo lo que quiero es que se haga justicia y se haga un pueblo! dije. Lo que tienen que hacer es cobrar las indemnizaciones y buscarse la vida expresó.

- ¿Cómo se organizó el reasentamiento del vecindario?

-El delegado de sindicatos, Emilio Caballero Gallardo, que era una bella persona y había pasado por una expropiación, con el uranio, lo entendía y se uso al lado nuestro. Llevaban entonces Colonización y habían hecho pueblos nuevos con el Plan Badajoz. En Palencia habían hecho Cascón de la Nava. Me preguntó: ¿te atreverías a estar con los de tu pueblo y vamos a Cascón? Todo el que quiso fue y a la gente no le gustó. Era pueblo completo y con todo canalizado pero no gustó porque decían que las casas era poco allá, que eran lagunas desecadas. No había ni hierba, estaba raso y se decía que solo se podía cultivar cebada y alfalfa. A Salamanca fue otro, Antonio Marcos, que sería el que más gano del pueblo, porque la parcela estaba tocando el campo de aviación y cuando se amplió tuvo la suerte de que le pagaron muy bien.

- ¿Se buscó emplazamiento en otros puntos dentro o fuera de la provincia de Zamora?

-Anduvimos en otros lugares donde solo había unas plazas. Había para seis u ocho familias. Y en Amesnal de Sayago habían expropiado otra finca, pero solo había para 25 o 30 familias y había que hacer las casas. Caballero Gallardo se puso en contacto con otros que tenían una finca en Escorriel, en Valdescorriel. Uno era profesor en Salamanca y no le importaba vender. Emilio volvió a alquilar otro autocar y allí fuimos todos. A la gente le gustó porque la mitad de la finca era regadío y otra mitad de monte. Pero el problema era que había que comenzar a hacer viviendas.

- ¿El hecho es que al final Argusino es un pueblo diseminado por aquí y por allá?

-En plenos trámites, un día por la noche estaban en casa el ingeniero de expropiaciones, que era poco amable, y Digno Fuertes. Gloriando, me dijo, siento mucho que todo lo que has luchado, pero se queda en agua de borrajas. Ya hay dos o tres familias que cobraron. Eran pagados para que se desuniera el pueblo. A partir de mañana vamos a abrir una oficina para que la gente que quiera cobre o, de lo contrario, se hace un expediente de expropiación forzosa. Efectivamente, al día siguiente se abrió una oficina y comenzó a ir la gente para ver cuánto pagaban. ¿Quién es usted?, pues va a cobrar tanto por la casa, la huerta, la viña y lo que tiene. O cobra esto o empezamos el expediente. Y la gente se atemorizó de tal manera que comenzó a coger el cheque. Fuera estaba el cura, con el director del banco de Fermoselle, Don Paco. Salían con el taloncico y? "hombre, mira que no vas a tener problemas", y así uno y otro y otro. Solo uno que estaba en Alemania ni se presentó ni nada. Cuando acabaron este tinglado pusieron el anuncio de que Iberduero había acordado que todos aquellos que el 30 de septiembre tuvieran desmontada la casa les daban 40.000 pesetas (240,04 euros). Había ocurrido que después de desmontado no se salían del pueblo.

- ¿Qué hicieron los vecinos con todo el material que existe en un pueblo?

-Unos iban a buscar tejas, frutas? Quitaban tejado, maderas. De Tierra del Vino venía mucha gente porque el cura era del Piñero. Le damos tanto y como cada uno se había marchado para donde fuera.

- ¿Resultó fácil para la gente encontrar un pueblo donde realojarse e iniciar una nueva vida?

-Villamor y Almeida tenían casas para medio pueblo. Por las 40.000 pesetas que dieron por el desmontaje de las viviendas compraban la casa. La gente se dispersó por unos y otros pueblos. Hay vecinos establecidos por más de una treintena de localidades, muchas cercanas. Fueron gentes para Salce, Alfaraz, Villamor de Cadozos, Villar del Buey, Villamor de la Ladre, Fresnadillo, Sobradillo, Cibanal, Formariz, Villaralbo, Trabanca, Nuevo Narros, Zamora, Torrefrades, Villamayor, Suiza, Roelos, Almeida, Bermillo, Muga, Gáname, Piñuel, Fuentesaúco, Pelazas, Pasariegos, Moral de Sayago, Villaseco de los Reyes, Aldea del Obispo, Salamanca y otros fueron para Alemania. Los últimos que salieron fueron mis padres, que fueron a Bermillo.

- ¿Cómo fueron los últimos días de Argusino?

-De gran tristeza y desolación. Los vecinos desmantelamos las viviendas y pasaron unos cuatro años vacío. Luego Iberduero comenzó a tirar las casas y la iglesia, que fue algo chocante. El cura, que estuvo muy de parte de la empresa, se trajo una cuadrilla de obreros de El Piñero y la tiraron el propio día de la festividad por la mañana. Algunos fuimos a misa y el cura ya no pensaba decirla. Pero insistimos y tuvieron que dejar de tirar el tejado porque el sagrario sí estaba. La torre fue calvario para tirarla y hubo de utilizar un comprensor y metieron una carga de dinamita y la volaron. Luego, a medida que fueron tirando las casas, prendieron fuego, pero no ardían. Yo jamás he tenido miedo de nada pero una tarde fui y estaba todo como en brasas porque, con las piedras, no ardía. Quedé impresionado.

- ¿Como ha visto el surgimiento del colectivo "Argusino Vive"?

El año pasado, en la festividad de la romería dije que había que hacer algo distinto porque era el 50 Aniversario. Al siguiente día o a los pocos días apareció el grupo, que yo todavía no sabía nada. La gente venía de retroceso a mí. Luego se me invitó a que fuera a una reunión donde hablaron de lo que iba a ser la Asociación, de los cargos.... Por mi parte colaboré en lo que pude cuando necesitaron hacer unas grabaciones en la ermita para un programa de televisión. Es un colectivo que ha entrado con la idea de hacer actos especiales para este año y yo he puesto en el programa, que se hace todos los años, aquellos actos que pidieron que incluyera.

- Su propósito es recuperar la Cofradía de la Santa Cruz ¿Hay fundamentos y medios para recomponer la Hermandad?

-En la ermita no hay nada sobre la Cofradía y busqué documentación en el Obispado. Después de muchos años conseguí saber de la cruz y ahora fui buscando los libros de la cofradía y aparecieron. Estuvo con libro hasta 1888, en que salió un nuevo libro que funcionó hasta la desaparición del pueblo. Encontré 2002 personas que viven hoy todavía pertenecientes a la cofradía. ¿Querrán seguir perteneciendo a la cofradía y perteneciendo a Argusino? Me decían que el Jueves Santo organizar una procesión pero ¿Cómo es posible hacer una procesión cuando no tenemos cura? Funcionó muy bien siemprem y de los cofrades solo o cinco o seis son mayores que yo. Hay chavales porque les apuntaban los padres al poco de nacer. El objetivo es que la cofradía se encargue de la limpieza de la ermita, de arreglarla, prepararla y si tiene dinero, porque hay quien da donativos, hacer algo benéfico. El año pasado se hizo el cierre y con dinero de la ermita se compró una campana se hizo la tribuna. Otra razón de hacer la cofradía es para que hay un NIF. Ahora la cuenta está a mi nombre, pero yo nunca he tenido el dinero, sino que siempre ha habido un secretario.

- ¿Hay romeros que reclaman servicios en la zona para evitar situaciones ingratas o comprometidas?

-Hace muchos años que quiero hacer servicios, pero el problema es quién se encarga del mantenimiento. Una solución podría ser traer el camión, pero cuesta dinero y yo no puedo permitirme el lujo. Siempre me he basado en el principio de tener dinero para no tener que pedir. Sería bueno traerlo pero ¿quién lo paga? o hacer servicios en un punto pero ¿quién hace el mantenimiento?