Rafael Caballero Alonso es alcalde del municipio de San Vitero (San Juan del Rebollar, Villarino Cebal, El Poyo y San Cristóbal), un Ayuntamiento que ha iniciado una cruzada para que sus pueblos cuenten con niños y los colegios aún abiertos, dos, no se cierren.

- Viendo los pueblos da la impresión que el mundo rural agoniza, la demografía decreciente parece haber dictado su sentencia: muerte y extinción.

-Por desgracia y aunque ello nos pese y nos duele así es. San Vitero llegó a contar en 1950 con 558 habitantes y hoy 67 años después no llegamos a 250. La emigración y el éxodo rural se llevo a los más jóvenes, en muchos pueblos alistanos la práctica totalidad de la población son ya jubilados y no queda ni un sólo niño.

- Atrás quedó el esplendor de los años 60 y 70 del siglo XX.

-Yo nací en San Cristóbal de Aliste en 1969, soy de los que aún nacíamos en los pueblos, en la casa familiar. Allí estuve en la escuela hasta cuarto de Educación General Básica, abierta hasta 1978 en que se abrió el Colegio Comarcal de Mahide y se cerró. El maestro y los 13 niños y niñas nos fuimos a Mahide. Venía un autocar para llevarnos a los de El Poyo, San Vitero y San Cristóbal y éramos tantos que teníamos que ir hasta tres y cuatro en asientos para dos. En las aulas de Mahide sumábamos más de 300 niños y niñas. Hoy solamente quedan allí seis. Es triste, muy triste, la vida infantil que tenían nuestros pueblos y a donde hemos llegado. Los niños son parte imprescindible para la supervivencia de nuestros pueblos.

- ¿Cómo surge la iniciativa de luchar contra el cierre del colegio de San Vitero?

-La situación es grave porque tenemos solo cinco alumnos y una se irá el próximo curso a Alcañices para incorporase a la Enseñanza Secundaria Obligatoria en el Instituto "Aliste" y otra causa baja porque la familia cambia de residencia. Nos quedaríamos con 3 y Educación exige un mínimo de 4 para evitar el cierre. Si la mantenemos abierta un año más, las perspectivas de futuro son halagüeñas pues hay cuatro pequeñines y vienen dos más en camino; además todos sabemos que si una escuela se cierra ya es muy difícil volverla abrir. Por eso unimos fuerzas ayuntamiento, padres y madres con ayuda párroco y foro contra la despoblación.

- ¿Cómo se va desarrollando la iniciativa de salvar que el centro siga vivo?

-Ahora bien. Con mucha ilusión. Estábamos trabajando y se nos echaba encima la fecha del 5 de mayo, tope para la preinscripción de matriculas. Por eso el sábado decidimos pedir apoyo al periódico LA OPINION-El CORREO DE ZAMORA. El domingo salía el reportaje y se volvió viral. Personalmente llevo tres días que ni puedo hacer otra cosa que atender al teléfono. Me emociono de la gente que quiere ayudarnos, pero también porque creo que tenemos que ayudar. Mucha gente llama porque tiene auténtica necesidad, están al borde de la exclusión social, solamente porque han tenido mala suerte en la vida. Nos ayudan y tenemos que ayudarles. Lo necesitan.

- ¿Podríamos dar por hecho que el colegio no se cerrará?

-Efectivamente. No. la escuela no se cerrará porque hay más de 200 familias de todo el mundo que están dispuestas a venirse a vivir a San Vitero, algunas con hasta cuatro y cinco hijos. Tenemos familias originarias de todo el mundo, de lugares tan dispares como Brasil, Venezuela, Rumanía, Bulgaria, Marruecos y obviamente de España. Ahora tenemos que seleccionar la familia, ateniéndonos al perfil social y laboral, seremos justos y queremos en el futuro ir a más porque hay mucha gente que lo necesita y San Vitero fue, es y siempre será solidario con todos.