La Virgen de las Nieves retornó ayer al pago del Contadero en la tradicional romería de Lunes de Aguas, que de esto solo tuvo de aguas el nombre. Mucho calor y gran afluencia de público en una de las fiestas grandes de La Bóveda de Toro que ayer reunió a hijos del pueblo llegados desde todos los rincones.

La coincidencia con la fiesta en Castilla y León favoreció la presencia de muchos bovedanos residentes en Valladolid, Zamora o Salamanca que pudieron unirse a la romería de Lunes de Aguas. Como es tradicional en La Bóveda, la jornada comienza con la misa y la llegada de las autoridades desde el Ayuntamiento, este año precedidas por la música de la Banda de Cornetas y Tambores de Cornetas y Tambores Ciudad de Toro uniformada con traje rojo.

También tuvieron su protagonismo la reina de las fiestas, Celia Hernández, junto a las damas, Saray Montero y Sheila Muñoz vestidas de gala para la ocasión. La iglesia de San Juan Bautista se llenó de bovedanos, fieles a la tradición del Lunes de Aguas.

A continuación todo el pueblo se dirigió en procesión hasta el pago del Contadero, con la Virgen de las Nieves abriendo la comitiva sobre el remolque engalanado de ramas, la banda de música toresana acompañó de nuevo al desfile en un recorrido bajo un sol de justicia.

Como es tradición en este pueblo, a la romería se suman las carrozas, en esta ocasión tres; una de "La sirenita", otra con un grupo de niños disfrazados de egipcios y una tercera emulando a una colmena de abejas.

El intenso calor hizo que tanto músicos como disfrazados sufrieran más de la cuenta, pues el día se presentó plenamente veraniego ante la desesperación de los agricultores que piden agua a gritos.

Las altas temperaturas no impidieron que el Contadero se llenara de coches, mesas y sombrillas para disfrutar con la tradicional comida y bailes hasta que por la tarde la Virgen retornó a la iglesia de La Bóveda.