La Biblioteca Miguel de Cervantes de Villaralbo ha previsto un cuentacuentos muy especial para el próximo miércoles, 19 de abril, a las seis de la tarde, con motivo del 40.º aniversario de su apertura. "Historias para llevar en una maleta", a cargo de Katua Teatro es la dramatización que se presentará en la sala con entrada gratuita, si bien las invitaciones se deben recoger en la biblioteca a partir del lunes. Con una duración de 60 minutos y para todos los públicos, en "Historias para llevar en una maleta" se trabaja con cuentos, títeres y diferentes objetos que componen las historias "que viajan calentitas y cómodas de un lado a otro metiéndose por los oídos y acurrucándose cerca del corazón".

La Biblioteca Miguel de Cervantes de Villaralbo abrió sus puertas en 1977 en unas condiciones bien diferentes a las de ahora, cuando el acceso y la gratuidad del préstamo es la norma. En aquellos tiempos había que pagar por hacerse socio, cinco pesetas, y abonar una cuota mensual del mismo importe. Este importe era también la multa con la que se penalizaba a los usuarios en el retraso de la devolución del libro que habían solicitado, que en aquellos tiempos eran solo libros, no audiovisuales.

Son algunas de las anécdotas que aparecen en el acta de constitución de la junta de la biblioteca, que la actual responsable de la sala de lectura, Esther Sánchez ha hecho pública para conocimiento de la ciudadanía. Esther anima a los usuarios a que compartan sus recuerdos de aquellos años, así como las anécdotas vividas en la sala y su punto de vista sobre cómo ha cambiado la biblioteca y los servicios que presta.

Era el 1 de abril de 1977 cuando la Junta de Constitución de la Miguel de Cervantes quedaba firmada por Marcelino González como presidente, Félix de Mena como secretario, Juan Rubio tesorero y Delio Garrote como vocal. Las actas recogen también los distintos horarios que regían el centro en invierno y en verano, de 7 a 9 con el frío y de 8 a 10 en el buen tiempo. Y establecía una edad mínima para acceder a la sala, a partir de siete años.

La manera de gestionar el conocimiento es sin duda lo que más ha cambiado en una dotación cultural en la que sigue estando mayoritariamente muy presente el formato de papel, pero a la que se ha incorporado el libro electrónico y el uso de los ordenadores para navegar.