Incluso a los más mayores del pueblo les rechina el artículo "la" en la denominación del monasterio de Moreruela. "En la vida se ha oído eso de monasterio de la Moreruela", certifica el alcalde de Granja, Juan Carro. Por eso, cuando los vecinos se desayunaron hace dos días con una enorme señal -a la salida de la autovía A-66 que da acceso a la carretera N-630-, indicando el emblemático monumento cistercense, se han quedado atónitos.

No ha sido el único despropósito en tan pocas letras. Tampoco aciertan con la distancia que separa la señal del monasterio de Moreruela: exactamente 6,7 kilómetros, como se encargó de medir el alcalde granjeño. Pues bien, el indicativo marca 16 kilómetros. Por no decir también que la señal en cuestión no se encuentra en la autovía, como viene reivindicando el Ayuntamiento de Granja de Moreruela desde que se abrió esta nueva vía de comunicación.

Tal conjunto de despropósitos llevaron ayer al alcalde Juan Carro a una peregrinación por las instituciones en busca de respuestas. Primero se fue a la subdelegación del Gobierno y se presentó con las fotos del desatino en el móvil, se las mostró a un perplejo Jerónimo García Bermejo, quien le admitió que era evidente que había "un error". Después se fue a la Delegación Territorial pero no estaba el delegado Alberto Castro.

Y terminó en el Servicio de Cultura donde un técnico le confirmó, con documentación, que la Comisión Territorial de Patrimonio, con fecha 25 de mayo de 2015, había acordado solicitar a los organismos competentes (Ministerio de Fomento y Subdelegación del Gobierno) la señalización en la autovía del Monasterio de Santa María de Moreruela y el despoblado de Castrotorafe, ambos declarados Monumentos Histórico-Artísticos en 1931. El 13 de julio de 2015, Cultura recibe un informe de la Dirección General de Carreteras del Ministerio de Fomento, donde se les indica que el procedimiento a seguir es la inclusión en el catálogo del SISTHO (Sistema de Señalización Turística Homologada de las carreteras estatales). Y de hecho, así figura en el Plan de Señalización Turística de la Junta 2016-2019, en la categoría de yacimiento arqueológico.

Sobre la señal en cuestión, cargada de errores, en este mismo Servicio de Cultura aseguraron al alcalde que "ellos no habían puesto la señal". Pero lo cierto es que detrás del indicativo en cuestión hay dos pegatinas, una del fabricante de la señal y otra de la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León.

Conclusión: "han puesto una señal que no es informativa de la autovía, como habíamos pedido, y encima parece que la Junta no se entera de cómo se llama un monumento importante ni dónde está, porque no han comprobado ni la distancia" se queja indignado el alcalde. Juan Carro no entiende la "discriminación" hacia el monasterio de Moreruela cuando se solicitó la indicación conjuntamente con el Ayuntamiento de Villafáfila y la señalización de las Lagunas sí se ha puesto pero no la de las ruinas cistercienses.

"Si no van a quitar de momento la señal, por lo menos que la tapen; es lamentable y vergonzoso que un monumento emblemático tenga esa denominación y encima indiquen una distancia que ni se le parece" insiste Juan Carro. Porque lo cierto es que la señal "ya está por todos los sitios". El efecto de las redes sociales ha sido meteórico y hasta los granjeños del otro lado de los Pirineos se han enterado de este desatino.

"La Junta ha demostrado que no sabe ni dónde esté el pueblo".