La Consejería de Fomento de la Junta de Castilla y León, a través de los encargados de conservación de carreteras, finalizó ayer los trabajos de reparación de los daños registrados en un muro del barrio fermosellano, denominado La Portilla, cuyo paulatino desmantelamiento ponía en peligro la seguridad de la acera e incluso de la propia calzada de la carretera regional 527, que comunica Zamora con Portugal por el paso fronterizo de Bemposta.

Un importante contingente de operarios se han empleado a fondo desde el pasado miércoles para garantizar la reparación de una pared que desde hace año y medio venía derrumbándose, piedra a piedra, con la preocupación consiguiente de los vecinos más cercanos y afectados por el derrumbe.

Alguno de los trabajadores participantes en esta reparación ya formó parte de las cuadrillas que hace siete años intervinieron en una actuación semejante, prácticamente en el mismo punto.

Para la restauración de la pared utilizaron las piedras desencajadas y desperdigadas por la finca del vecino José Manuel Pilo que ayer, con la parcela despejada, pudo dedicarse a realizar algunos laboreos típicos de las fechas primaverales.

Los trabajadores comenzaron el miércoles a reponer el descalabro y lo hicieron con una dedicación y supervisión que no pasó desapercibida, y que fue alabada.

Alguno de los responsables presentes en la zona reconocieron el riesgo que suponía el cese del muro para el tráfico rodado de la zona y, aunque eran conscientes de la circulación que registra la carretera que enlaza con Portugal, tuvieron ocasión de comprobarlo con sus propios ojos al ver el paso de grandes camiones cargados con gravas que discurren además por la calzada de mayor peligro, que es la comunica con la frontera lusa.

Como una posible causa de este reblandecimiento del terreno se apunta a que es un lugar hacia el que corren las aguas de la zona por su menor elevación. De hecho, el dueño de la finca ya procedió en su día a canalizar estas aguas por la parcela para evitar las inundaciones.

La reposición del muro, cuyo deterioro venían denunciándose ante la Alcaldía por el vecino más afectado e incluso por el edil de Ciudadanos, José Antonio Berdión de la Torre, se llevó a cabo ante la indignación que ocasionó la pasividad reinante en tanto que el problema iba haciéndose más visible y tornándose más peligroso cada día que pasaba.