San Vicente de la Cabeza sufría ayer el primer incendio forestal de envergadura de esta primavera en las proximidades de su casco urbano, aunque las viviendas no llegaron nunca a peligrar por las llamas pese a la voracidad que estas llegaron a alcanzar a primera hora de la tarde.

El incendio surgía minutos antes de la una del mediodía en el paraje de El Fontano, en dirección a Bercianos en una zona de monte bajo a escasos mil metros del casco urbano y, según testigos de la propia localidad "al principio parecía cosa de poco", hasta que las llamas alcanzaron un pequeño pinar situado en esta zona. La hoja de los pinos reavivó el fuego causando unas preocupantes llamaradas de gran altura y una columna de humo divisable desde todo el pueblo y algunas localidades cercanas.

Afortunadamente, "el viento soplaba en todo momento hacia el monte, no hacia el pueblo", según explica el alcalde de este municipio, Fernando González Rodríguez, quien estuvo presente toda la tarde en el lugar apoyando las labores de extinción de incendios y alaba el trabajo desarrollado tanto por los empleados de la Junta de Castilla y León como por los bomberos alistanos, así como la colaboración de los vecinos.

El operativo, dirigido por dos agentes de Medio Ambiente, contó con cuatro cuadrillas de tierra, un par de autobombas, un bulldozer y el apoyo aéreo de un helicóptero que soltó varias cargas de agua para apagar el fuego, además de un dispositivo de tres bomberos puesto en marcha por la Mancomunidad "Tierras de Aliste", desplazados desde el centro logístico de San Vitero dado el tamaño del incendio. También colaboraron activamente una quincena de vecinos con su alcalde al frente, que incluso prestaron un tractor agrícola para facilitar los trabajos, mientras que una pareja de la Guardia Civil se personó en el lugar del incendio para reforzar la seguridad de los efectivos humanos y materiales que se afanaban en apagarlo.

Entre todos ellos consiguieron controlar el incendio sobre las siete de la tarde para pasar la noche tranquilos. Se calcula que las llamas afectaron a unas 15 hectáreas de jaras, pinos, encinas y matas de roble en una zona muy sensible, ya que todo el abesedo del Sierro, de Mahíde a Bercianos, es una de las zonas de mayor valor ecológico y paisajístico de la Raya.

Aunque la jornada de ayer era demasiado calurosa para tratarse todavía de los comienzos de la primavera, en el mes de abril el monte está bien húmedo y los incendios forestales normalmente no suelen alcanzar las mismas dimensiones y peligrosidad que toman en verano, pese a lo cual se requiere una intervención rápida de los medios de extinción para evitar que así suceda. En abril de 2016, aun siendo una de las primaveras más lluviosas de los últimos años, se declararon 20 fuegos en los montes de la provincia de Zamora.