No duraron ni unas horas. En cuanto el alcalde de Villafrechós (Valladolid) se enteró de que habían sido colocadas en el pueblo dos señales turísticas de la iglesia románica de Santa María del Río de Castroverde de Campos mandó al alguacil retirarlas; "quitamos los cuatro tornillos y fuera". Han pasado quince días y los dos indicativos están guardados en el Ayuntamiento a la espera de que "alguien venga a recogerlos, porque en Villafrechós no se van a poner esas señales si no se cumple lo que comunicamos a la Dirección General de Turismo", precisa el regidor vallisoletano Miguel Ángel Gómez.

A lo que no está dispuesto el alcalde es a que la Junta de Castilla y León promocione en su pueblo una iglesia de Castroverde de Campos -solo les separan 12 kilómetros con el límite provincial por medio-, pasando por alto el patrimonio cultural que distingue a Villafrechós: el Real Monasterio de las Clarisas, "el edificio en tapial más alto de Europa" apunta Gómez, la iglesia parroquial de San Cristóbal y la ermita de Nuestra Señora de Cabo.

Por eso, cuando en enero de 2016 la Dirección General de Turismo solicitó autorización al Ayuntamiento de Villafrechós para colocar dos señales del monumento románico zamorano en vías públicas de titularidad municipal, el alcalde contestó -en febrero de ese mismo año- que concedía el permiso pero condicionado "a la señalización simultánea" de los tres monumentos de su pueblo.

De aquello ha pasado más de un año sin volver a saber nada del asunto, hasta que hace quince días el alcalde de Villafrechós recibe la llamada de la empresa instaladora de las señales comunicándole que se iban a colocar dos del románico zamorano; "les dije que la condición era que tenían que poner también las de nuestros monumentos, sino aquí no se autorizaba". Hasta tres veces habló Miguel Ángel Gómez con la empresa insistiendo en lo mismo, pero ésta cumplió con lo estipulado en el contrato, que era la colocación de dos señales turísticas, "exclusivamente" de la iglesia de Castroverde de Campos.

Cuando el alcalde se enteró de que estaban puestas, las retiró "porque dejamos muy claro que la autorización estaba condicionada a que promocionaran también nuestros templos".

La polémica entre Castroverde de Campos y Villafrechós estaba servida, aunque a estas alturas de la película no haya habido comunicación directa entre sus alcaldes. El zamorano Cecilio Lera se muestra "dolido" con lo que considera una "pataleta" de su homólogo. "Lo de colocas las señales no es una decisión nuestra sino de la Dirección General de Turismo para promocionar el románico zamorano y los alcaldes no podemos hacer lo que nos de la gana".

El regidor de Castroverde considera que la decisión de Gómez "es de juego de niños; no puedes decir que porque a mi no me ponen una señal no dejo a los demás. Esto es un plan de la Junta para dar publicidad al románico zamorano". Sin embargo el alcalde vallisoletano se mantienen en sus trece; "los heridos somos nosotros y el que se está poniendo la venda es el señor Cecilio Lera. Yo estoy defendiendo a mi pueblo y él se debería dedicar a lo mismo en vez de dar publicidad a estas cosas". Miguel Ángel Gómez asegura que se mantendré en su idea de "defender nuestro patrimonio; nosotros no tenemos nada señalizado, por lo visto este pueblo es el tercer mundo para la Junta".