Es difícil reunir a las ganaderas de una comarca extensa y extensiva como Sanabria y Carballeda. Un lunes de mercado en El Puente de Sanabria es una de esas ocasiones contadas en que se toman un respiro en su quehacer diario para hacer las compras, dar una vuelta por el mercadillo, hacer alguna gestión. A menudo no les da tiempo a reunirse. Esta vez hacen un alto para un café rápido y contar sus vivencias, que ahora fluyen como la sangre por las venas desde la plataforma Ganaderas en Red. La plataforma les permite reivindicar el empoderamiento de la mujer rural y que sea visible para estas sociedad que ve un filete pero no al productor, en este caso las productoras.

María Ballesteros de Carbajales de la Encomienda, ganadera de ovino; Verónica Juárez de Muelas de los Caballeros, de ovino y vacuno; Isabel Prieto de Rábano de Sanabria, con vacuno y ovino; Irene Rodríguez de Espadañedo, con vacuno; Rosi González de Santa Colomba, con una explotación de ovino; Luisa Tábara de Cerdillo, con ganadería vacuna; y Eva Ferreria de San Martín de Castañeda, con vacuno.

Faltan muchas, entre ellas Charo García que ha propiciado esta tertulia, son 14 ganaderas sanabrocarballesas integradas en una red a nivel nacional que quieren sacudirse la "invisibilidad" y la "discriminación" a que se ven sometidas en esta sociedad con el objetivo de "valorar a la mujer ganadera". Faltan más representantes repartidas por otras comarcas, como Sayago o Aliste, que también están en Red. Luisa, una de las más veteranas, se enorgullece de que en la constitución de la Red, en Madrid, participaron seis ganaderas por la provincia de Zamora.

Pregunta: problemas. "Estamos discriminadas completamente de la sociedad". Las ganaderas atienen sus explotaciones mayoritariamente de ganado extensivo, lo que significa permanentemente atender los animales, pastorear, entrar y salir de las cuadras. Trabajos de 365 días y 24 horas, porque además "haces el mismo trabajo de un ama de casa". No hay horarios ni vacaciones, salvo Eva que disfruta de "dos días de vacaciones" en septiembre (risas entre ellas).

María es categórica, franca y directa "con una asignatura nos han convalidado un montón de carreras, eres administrativa, enfermera, médica, ama de casa, vas con el ganado". Es más "no te puedes poner mala porque si no eres tú a ver quién atiende la explotación y la casa" se pronuncia Isabel.

Todas ellas han elegido ser ganaderas, unas veces por la tradición ganadera de la familia y otras porque dejaron la ciudad y se vinieron al pueblo. Una elección que María resume en "somos mujeres de tierra, viento y ganado. Tierra en el alma, viento en el pelo, y ganado en el corazón". Es el eslogan de Ganaderas en Red.

La burocracia es su caballo de batalla. Verónica hace "los papeles" muchas veces de madrugada. No hay compensaciones ni beneficios por ser mujer en el medio rural "ahora te quitan hasta puntos, no se valora a la mujer" comentan entre ellas.

María muestra la foto de un lobo a tres metros de ella, hasta tuvo tiempo de hacerle un video del largo rato que estuvo parado frente a ella. La mayor parte de ellas, sino la totalidad, no tienen seguro del lobo, porque han subido las pólizas a precios que le parecen caros, o directamente no les hacen seguros. Luisa viene con mal cuerpo porque un zorro le ha provocado heridas a una de las crías, que cree que tiene mala solución. Su experiencia con el lobo es catastrófica y no ha cobrado ningún ternero de los 12 comidos por el depredador. La Red les ha permitido comparar las normativas de otras comunidades, como La Rioja, donde el pago de daños del lobo es inmediato y se contempla el lucro cesante por la muerte de los animales "aquí el lobo es una burocracia increíble. Se hartan de hacer papeles para nada, perder dos días para enseñar los restos, si es que aparecen, primero al guarda y luego al perito. Y en la última línea la sentencia sobre la causa de los daños es contunde "por determinar".

Pregunta: ecologistas. Respuesta: nada que comentar, aunque dentro del ecologismo hay de todo y quien valora la convivencia en las zonas loberas.

"Nos hacemos cargo de nuestras empresas, de nuestras familias y de nuestros pueblos", comentan. Su papel en el medio rural ha pasado muy desapercibido "nos hacemos cargo de que haya vida en los pueblos, procreamos, tenemos hijos. Creamos empleo en el medio rural, mantenemos que haya servicios sanitarios y escolares". Estas familias propician empleos indirectos "la tienda, el carnicero, el pescaderos ambulante. Si no viviéramos en los pueblos no irían".

Su labor con la ganadería extensiva no tiene precio, al contrario, supone un ahorro de dinero público en extinción de incendios. A diario pastorean montes y tierras "es el principal motor para prevenir los incendios. Los animales son la mejor desbrozadora". Por eso no entienden las trabas y la falta de planes silvopastorales. Y se han plantado "vamos a solicitar los planes y que no los guarden en el cajón". Los propietarios de fincas, emigrados a la ciudad, en general sí están a favor de los desbroces. El reproche a la administración autonómica es claro en palabras de una de ellas "unas palmadas en la espalda, dos besos y nada".

Ahora se enfrentan a la supresión de superficie de pastoreo que, más de la mitad, es ahora suelo forestal y ha desaparecido del Código de Admisibilidad de Pastos (CAP), el coeficiente que se asigna para poder solicitar las ayudas de ganadería. Debajo de un pino no hay pasto, pero en un robledal hay una fuente de nutrientes inmejorable para el ganado. La interpretación burocrática de los mapas aéreos en que se basa el CAP imputa superficie forestal a todo aquello nublado por las copas arbóreas, que ocultan las ovejas y vacas que comen debajo.

La ganadería extensiva proporciona "un producto de muy alta calidad que no está demando y que por eso está tirado de precio".

Se llevan todas las cargas al trabajo en el monte, pero ahora reconocen que es más llevadero porque a través de las redes sociales se comunican entre ellas, se consultan, tienen acceso a un montón de información o simplemente chatean o whatsapean entre ellas.

Todas ellas asienten "estás luchando por algo que te gusta, sino no nos habíamos ido, que no nos pongan tantas trabas". Tienen la conciencia de que "nos quieren echar de aquí pero no nos vamos a ir". Una de ellas lanza una pregunta: "¿qué pasaría si no hubiera mujeres en los pueblos?".

Ganaderas de Barcelona, Tarragona, Lérida, Teruel, Huesca, Cáceres, Badajoz, Zaragoza, Almería, Cuenca, León, Zamora, Salamanca, Ávila, La Rioja, y alguna más que seguro pasamos por alto, se reunirán en Zaragoza en breves fechas. La unión de las ganaderas comarcales tiene su origen en las reuniones del Plan 42, en 2005, donde tomaron conciencia de colectivo de mujeres con los mismos problemas y necesidades.

Última pregunta: la salud. Respuesta: "jodidas". El tiempo en el campo, sol y lluvia, los trabajos físicos han ido mermando la salud de las más veteranas. Una de ellas se echa mano a un hombro, otras han sufrido accidentes con los animales.