La raza autóctona zamorano-leonesa fue durante siglos una parte imprescindible del mundo agroganadero alistano, tabarés y albarino. En la actualidad su utilización se reduce ya al arado de viñedos, siembra y recogida de patatas, labrado de pequeñas huertas, transporte a cortas distancias y como fiel acompañante de los ganados trashumantes de ovino hacia Sanabria. Con una población rural muy envejecida estos usos serán sustituidos por otros que dependerán de los colectivos que quieren salvar la raza de la extinción. Su carácter noble y tranquilo la están convirtiendo en una raza domestica de elección, para las actividades turísticas y recreativas, y en proyectos de terapia asistida.