Hace 20 años Wallace decidió emprender el camino misionero pero sin dinero para adquirir los billetes de avión para la familia. Los discípulos de Cristo le dieron un claro ejemplo al difundir la palabra de Dios a pie por todo occidente. Unos alemanes llegaron a Sudáfrica en bicicleta y "si ellos son capaces y no son cristianos...". Un 21 de diciembre con dos bicicletas, y una tercera que compraron para su hijo de 8 años, empezaron el camino con las mochilas a cuestas. El pequeño perdió dos meses de colegio pero ganó mucho más recorriendo el continente africano hasta llegar a la India. En el camino no faltaron contratiempos. El más grave ocurrió en Nairobi cuando les robaron las bicicletas. Suerte que las alforjas, donde llevaban los enseres más básicos, las guardaban dentro de la tienda de campaña donde pasaban las noches.

En esos días llegó una buena noticia. Habían enviado un donativo que les permitía comprar los billetes de avión a su destino. Compraron unos sacos de maíz que utilizaron como maletas para embarcar en la terminal de aviones. Lo gracioso fue ver en la cinta transportadora junto a las maletas, los sacos de maíz. La siguiente etapa de esta familia misionera fueron 10 años en la India, con entradas y salidas para conseguir los visados para volver a tener una prórroga y seguir ayudando a los niños. Craig Wallace se encargaba de dar clases de inglés, en un país que como Sudáfrica pertenece a la Commonwealth.

Craig habla bien de las facilidades que tuvieron cuando llegaron a España, aunque no han faltado problemas como tener que justificar cómo un misionero obtiene un salario fijo. Le han llegado a bloquear la única cuenta donde recibe los donativos que le envían los voluntarios que peregrinan por su puerta para tomar un café, degustar la charla, o como el caso de los peregrinos de Burgos y Bilbao que realizan el camino por etapas y se conforman con una mesa donde sacar la tartera y el bocadillo. La etapa de Sanabria, al límite con Galicia, le permite recalar en Faramontanos de la Sierra, aunque pernoctarán en el albergue de Rionegro