No quiere Luis Miguel de Dios privar de la placentera lectura de los doce relatos que dan vida a "El llanto de trigo" a tantos lectores de esta tierra infinita de Castilla y León, agraria y rural como las historias y personajes que transitan por su primer libro.

Este guarratino de nacimiento, periodista de los de antes -de libreta y zapatilla-, se distingue también por un sentimiento regionalista que le lleva a mostrar la misma querencia por la Zamora de su infancia, la tierra de Valladolid donde se curtió en el oficio, la fuerza histórica de Burgos o el místico territorio abulense de Santa Teresa.

En esas anda el periodista trasmutado en escritor, en una gira literaria que le ha llevado ya por buena parte de Castilla y León presentando su primer libro. Y es así como Luismi de Dios se ha convertido en excepcional testigo del sentir de los castellanoleoneses. ¿Qué plantean los lectores?. "Después de una primera pregunta específica sobre el libro, la segunda siempre suele ser sobre lo mismo: la despoblación" cuenta el escritor.

No sorprende que ese pulso por la geografía de la comunidad autónoma más extensa de Europa revele la preocupación por un fenómeno que no es de hoy ni de ayer, por mucho que ahora insistan, día sí y día también, los medios de comunicación nacionales. Luis Miguel de Dios recuerda muchas veces cómo su maestro y mentor, Miguel Delibes, ya advirtió del drama del medio rural hace casi medio siglo en aquellos relatos de "Ancha es Castilla". Y de las reflexiones de los lectores y el parecer del autor se nutren los ricos debates en los que está participando a lo largo de este periplo cultural.

Un itinerario que tuvo su punto de partida en su tierra, Zamora, para continuar por la no menos querida Valladolid -"me rebelo contra quienes la acusan de todos los males" confesó a este diario-.

Librerías, bibliotecas y universidades acogen la presentación de "El llanto del trigo" de la mano de colegas, en realidad amigos tras casi 40 años en el "mejor oficio del mundo" que dijo García Márquez. El también zamorano Joaquín Díaz fue su introductor en la Biblioteca Reina Sofía de Valladolid; el periodista Paco Alcántara y director general de Público, Chema Crespo en Palencia; otro colega, Nacho Francia, y el catedrático de Literatura, Emilio de Miguel en Salamanca.

El escritor Tino Barrueso y la periodista Marta Antón en la Universidad Isabel I de Burgos; y esta misma semana el poeta José Pulido y el colega David Casillas en Ávila. Por delante quedan Soria, Segovia, León y Ponferrada; también las ferias del libro de Zamora y Valladolid. Y desde luego la de Fuentesaúco, donde "El llanto del trigo" ha penetrado con unas ventas muy estimables para los tiempos que corren.

"Llama la atención el lengua, los motes y son muchas las personas que se ven familiarizadas con lo que se cuenta de los pueblos en los relatos" describe de Dios. Pues por mucho que las nuevas tecnologías y la cultura urbanita se impongan, permanece el origen, el terruño. Por suerte, también, como el escritor está comprobando, "el gusto por el libro escrito, por el placer de tenerlo en las manos".

Puede que no tardemos en renovar ese gusto con nuevos relatos que ya cuecen en su memoria.