La presencia de un burro "con fobia" a los cánidos, y con un carácter de innato "agresivo" se ha demostrado que "es eficaz" para mantener a raya a los lobos y evitar o amortiguar sus ataques a los ganados domésticos. Es preciso, no obstante, que el ganadero realice "un manejo adecuado de la explotación" y colocar el asno con un ganado apropiado, fuera del momento crucial de la paridera y sin perros por medio que pudieran colisionar con el nuevo acompañante y defensor.

Es algo que sostienen el veterinario Jesús de Gabriel y los biólogos Víctor Casas y Javier Talegón, que hoy explicaron las conclusiones del "Proyecto de protección frente al lobo de rebaños rumiantes mediante asnos zamorano-salmantinos" desarrollado durante dos años.

Esta iniciativa, que ahora finalizada, contó con el respaldo económico de la Diputación provincial de Zamora, que aportó 20.000 euros. El diputado de Agricultura y Ganadería, además de ganadero, José María Nieto Vaquero, expresó hoy que la Institución provincial "estudiará" si sigue financiando el proyecto. Lo que sí apuntó es que "es necesario buscar nuevos usos para que el burro siga cumpliendo funciones y garantizar su futuro".

"Bermejo" y "Mular", al decir de Jesús de Gabriel, fueron dos ejemplares que han dejado impronta en esta defensa de la vida y del territorio ante la presencia de predadores dispuestos a hincar el diente.

"A priori, algunos burros tienen una aversión, mala leche frente a animales que se acercan al ganado, que salen corriendo y pueden cocear. Son animales grandes, de unos 300 kilos, con mucha fuerza, que pueden matar, que rebuznan y pueden cargar contra otros animales" señaló Talegón.

Para el desarrollo del proyecto "se seleccionaron asnos que mostraron mayor agresividad hacia los cánidos domésticos, que fueron en total una decena de ejemplares". Destacan que, "de acuerdo a las experiencias previas, se pueden utilizar para la defensa del ganado hembras con buches no destetados, jóvenes o machos castrados, pero no machos enteros, para evitar problemas derivados de sus agresividad y de la atracción por yeguas". En este caso, "los ejemplares elegidos fueron machos castrados de una edad que variaba entre los tres y los seis años. También se seleccionaron dos mulos, animales con enorme capacidad de resistencia, agilidad y gran porte, para intentar probar también su eficacia en la tarea de defensa del ganado frente a los depredadores".

El proyecto se puso en práctica en explotaciones de La Bóveda de Toro, Guarrate, El Maderal y Fuentelapeña, tres de vacuno bravo y dos de vacuno manso, y todas ellas de extensivo.

Una de las conclusiones es que "el asno puede ser un buen método de prevención para lotes de ganado encerrados en fincas pequeñas en lugares donde los perros de guarda pueden originar molestias y accidentes de tráfico". Aseguran que, conforme "a la experiencia personal de los ganaderos que los utilizan en la provincia de Zamora, así como en otras de su entorno, los asnos zamorano- leoneses son muy eficaces con zorros, perros errantes y lobos solitarios".

Se hizo especial hincapié en resaltar que el uso del burro como medida de protección frente a predadores, como el lobo o de menor entidad como el zorro, es un papel más al que puede destinarse un animal situado en el listado de las especies en peligro de extinción. El diputado Nieto Vaquero, destacó en su alocución que precisamente la conservación de las especies autóctonas, y especialmente el burro, es un objetivo prioritario del Área de Agricultura.

El presidente de la Asociación Nacional de Criadores de la Raza Asnal Zamorano-Leonesa, Víctor Casas, manifestó que "cuanto menos burros quedan más nos damos cuenta de su importancia para el medio rural de Zamora y de la región".

El censo actual ronda los 1.000 ejemplares, muchos de ellos con una edad elevada con lo que la población corre peligro de reducirse considerablemente a medio plazo, según consta en el documento aportado.