La procesionaria del pino está más que presente en amplias zonas de pinares de la sierra de Cabrera, en su vertiente sanabresa, con especial afección a las masas forestales situadas en los montes de Doney y Escuredo, donde su abundancia es una plaga.

Los parajes repoblados con pino en Los Caleones, la Chana Praulino y el camino Viganabos presentan una imagen llamativa porque prácticamente en cada copa, muchas en las guías terminales del pino, hay un bolsón donde se refugian las larvas, de hábitos nocturnos, durante el invierno. Es una verdadera colonización de la procesionaria.

La defoliación en algunos ejemplares es prácticamente total. La reforestación controvertida de este terreno, especialmente de Escuredo, se realizó entre 2010 y 2011 por parte de la Consejería de Medio Ambiente en más de medio millar de hectáreas de superficie, de las 2.000 hectáreas con que cuenta el término, buena parte de ellas afectas por Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Se trata de pinares jóvenes, que no llegan a una década de edad, plantados en las zonas más altas de Escuredo y Doney, en lo que estaba considerado los vestigios de glaciarismo de esta zona.

Pocos ejemplares de pinos se libran a estas alturas del año de las llamativas bolsas que forman los nidos de la oruga procesionaria.

Las larvas -nacidas el pasado verano- se alimentan de brotes y acículas del árbol que depredan, debilitando los pinos y abriendo paso a otras especies que sí pueden secarlo. A estas alturas del año, a finales del invierno, las larvas están a punto de descender de los árboles para completar su ciclo vital bajo tierra y convertirse en una mariposa nocturna adulta, lista para hacer una nueva puesta su breve vida de adulto.

Se desconoce si se han puesto en marcha medidas de control de la plaga, como en otras masas forestales con feromonas que atraen a los machos de la especie impidiendo la reproducción, y controlando su expansión. De momento los que saldrán beneficiados serán los herrerillos y carboneras, aves insectívoras que depredan las orugas.

La proliferación de esa especie entraña riesgo para los animales y las personas como consecuencia de los pelos urticantes que recubren el cuerpo de la oruga que provoca alergias y urticarias. La procesionaria está presenta de una forma masiva en otras masas de pinares de la provincia de Zamora.