El nuevo proyecto asevera que "nuestra innovación ha consistido en utilizar técnicas biotecnológicas para probar cientos de bacterias autóctonas de la península ibérica en general, y de los jarales del centro-oeste en particular: Aliste. Como consecuencia hemos encontrado bacterias autóctonas que funcionan mucho mejor que otras alóctonas (procedentes de otros lugares)" y aseveran "la clave ha estado en analizar y probar cientos de bacterias. Hemos podido abordar este trabajo porque nuestras Universidades y el CSIC tienen colecciones de miles de bacterias autóctonas, seguras y perfectamente caracterizadas, además hemos aislado durante el desarrollo del proyecto otros cientos. Aunque las asociaciones entre plantas, hongos y bacterias se conocen desde 1971, las técnicas biotecnológicas actuales nos permiten encontrar estas bacterias, porque "es como buscar una aguja en un pajar", y sin ayuda de las técnicas de biología molecular esto sería impensable, por eso un 50% del equipo está formado por biólogos moleculares del más alto nivel europeo".

La "utilización de bacterias autóctonas es clave, porque de esta manera garantizamos su supervivencia y la protección del medio ambiente, imagínese que utilizamos una cepa extranjera muy agresiva que altera el equilibrio microbiológico del suelo, o por el contrario se utiliza una cepa que no es capaz de sobrevivir en el entorno en que se introduce. Nosotros hemos probado cientos de bacterias, y hemos conseguido encontrar algunas que superan claramente a lo que habían encontrado otros investigadores".

En 2016 se publicó un trabajo en el que "unos investigadores habían utilizado en boletus una cepa de la bacteria Pseudomonas fluorescens que fue aislada en América a mediados del siglo XX, y que fue utilizada en una patente para desarrollar un proceso de degradación de fibras vegetales (lignina); aunque hayan conseguido confirmar los resultados previamente obtenidos por otros autores, es decir, que hay asociación entre esa bacteria, la jara y el boletus, esta bacteria es americana y no se debería introducir en suelos españoles para producir boletus, sino que lo apropiado es trabajar con bacterias autóctonas.