El arciprestazgo de Aliste y Alba extremaba ayer viernes las precauciones en todas las iglesias y ermitas de sus 82 parroquias con vistas a evitar en la medida de lo posible la tentación entre los amigos de lo ajeno y la perpetración de robos, tras las preocupante y triste situación vivida en los años 2014, 2015 y 2016 con más de medico centenar de edificios religiosos asaltados y robados.

Como primera medida se ha ratificado la iniciativa del pasado año de retirar de todas las iglesias y ermitas (Alrededor de 100 templos), de todos los objetos de valor que pudieran atraer el interés de los ladrones: entre ellos las coronas y medallas u otras joyas de la Virgen María, de oro y plata, la mayoría de las veces provenientes de donaciones de devotos y devotas de los propios pueblos, con lo cual a parte de su pérdida económica, se une el sentimental: la donación se hace cuando se pide algún valor como agradecimiento tras salir de alguna enfermedad o problema grave. Así mismo se ha retirado todo el dinero de los cepillos, incluso las monedas de menos valor, no se ha dejado ni un céntimo. Los sacerdotes alistanos hacen un llamamiento al respeto de los edificios religiosos y advierten para evitar males mayores que los asaltos únicamente lograrán originar daños "Pues no hay nada, ni dinero ni joyas".

Patrullas de la Guardia Civil han estado vigilantes durante todo el invierno y la vigilancia se ha extremado en los últimos días: "La verdad es que suelen pasar muy a menudo por los pueblos, se les ve por las calles y en el entorno de las iglesias vigilantes y eso es bueno como actuación disuasoria. Lo agradecemos y solo pedimos, no solo que no se reduzcan los efectivos, sino que se incrementen dada la situación y ser una comarca fronteriza" aseguraban ayer jubilados, alcaldes y concejales.

"La cosa empieza a ser preocupante, actúa una banda de delincuentes por la zona y la gente tiene miedo"