El sector forestal zamorano, y por extensión de toda la comunidad castellano-leonesa, lucha este nuevo año por repuntar en un intento de salir de la agonía a la que fue cayendo desde hace tres años. A estas alturas los autónomos y empresas forestales están ya más que pendientes de que aparezca la convocatoria de ayudas para este año, cuyos trabajos deben realizarse antes de que entre el verano y aumente el riesgo de incendios.

Existe, además, un enorme retraso en la concesión de antiguas ayudas y falta "liquidez" de dinero con el que esperan avivar a las empresas y agilizar la ejecución de planes y trabajos de selvicultura, de limpieza y de forestación.

No deja sorprender que parte de las ayudas forestales convocadas hace dos años, y programadas dentro del marco del Programa de Desarrollo Rural 2014-2020, estén en el limbo a falta de la resolución de decenas y decenas de expedientes. Son ayudas dirigidas a la reforestación y creación de superficies forestales, a la prevención de daños a los bosques, a la mejora y prevención de daños en terrenos forestales con vocación silvopastoral, y a la redacción de planes de gestión forestal.

A ello se suma, en Zamora, según afirman en el sector, la falta de proyectos y de tejido empresarial ligado al ámbito forestal, con el consiguiente empleo, como son las centrales de biomasa, iniciativas de generación elegidas en provincias como León y otras provincias para abastecer complejos como hospitales y el distrito universitario.

El sector forestal tiene clavada la espina de no haber conseguido una participación del 15% de los Fondos del Programa de Desarrollo Rural, aunque fue un compromiso adquirido verbalmente por el anterior consejero de Medio Ambiente, y quedarse en un porcentaje inferior. Más hacen referencia al sino de que Medio Ambiente siempre forma parte de una Consejería que lleva aparejado otro sector más poderoso: anteriormente Agricultura, ahora Fomento. Pero en su relación con Agricultura son conscientes de que es un sector claramente en desventaja, de forma que el Programa de Desarrollo Rural tiene un control desde otro sector y, en medio ambiente, "las ayudas se resuelven cuando se resuelven y los pagos se hacen cuando se hace". Es "una cenicienta" en el organigrama de la Junta de Castilla y León en palabras de un viverista zamorano que, según apunta, pasa por la misma coyuntura y solo se compra "algún árbol frutal".

En la provincia de Zamora cerca de 250 expedientes de solicitud de ayudas están actualmente pendientes de resolver y esta situación implica que permanezcan paralizadas las contrataciones de obras, de mano de obra y el movimiento laboral.

Esta parálisis -son tres años en prácticamente en blanco- supone que haya propietarios que lleven años sin poder limpiar las fincas, que las empresas del sector están al mínimo sino desaparecidas y que, en Zamora, que llegó a contar con un millar de trabajadores, el sector haya quedado drásticamente mermado, en algunas empresas, al titular.

Fuentes del sector forestal señalan que "un estudio realizado a nivel nacional indica que ha caído un 30%", pero, en su criterio, en el caso de Zamora la convicción es que el porcentaje de desplome "es mayor".

El sector forestal tiene además una extraordinaria dependencia de la Administración, que viene a ser la principal promotora de actuaciones y de trabajos forestales.

Sucede que si las ayudas se retrasan y al propietario no le pagan primas compensatorias con las que puede contratar para realizar pequeñas limpiezas "entonces estamos cerrando todas las puertas". No hay liquidez para pagar al vivero o planta de mantenimiento.

En estos momentos, según aseguran fuentes forestales, la deuda por las primas compensatorias en la comunidad suma "unos tres millones de euros".

La demora en la resolución de los expedientes incide además en el plazo para la ejecución de los trabajo que, previstos en principio para mayo, exigirán prórrogas para poder llevarse a cabo, puesto que son trabajos que no pueden realizarse "de hoy para mañana".

El espíritu de las ayudas, cuando se convocan y conforme al texto de las mismas, es más que esperanzador, así como sus objetivos.

Las inquietudes y preocupaciones del sector forestal son conocidas. En el último encuentro entre selvicultores, propietarios forestales y responsables de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, celebrado en diciembre, una de las pretensiones era "mejorar las relaciones entre ambos estamentos", pero también "hallar fórmulas de colaboración y canalizar las principales demandas del colectivo, así como para reivindicar las ventajas que ofrece el asociacionismo para avanzar en la gestión de aproximadamente la mitad del territorio forestal regional".

Es un tanto sorprendente para el sector forestal que entre las justificaciones dadas al retraso en la resolución de los expedientes dispuestos sobre la mesa se hable de "problemas informáticos" y a los cambios que la Administración ha ido introduciendo en sus sistemas para tener debidamente modernizados las tramitaciones y las gestiones.

Fuentes del sector, del gremio de los autónomos, destaca el bajón de obra y de empleados que existe hoy día en Zamora en relación al año 2010. "Se hace algo en plan de retenes de incendios y para de contar. Se convocan ayudas y todos son largas. Deberían salir en octubre y el año pasado salieron en abril, cuando se cierra el trabajo forestal. Abren el plazo cuando se cierran" expresa un tanto desencantado. Pone de manifiesto que "además se aconseja tramitar expedientes a través de asociaciones para así sumar puntos".