Las familias alistanas mantienen la tradición heredada de su antepasados de aprovechar la luna menguante de enero para cortar la leña, antaño para sacar madera para la construcción de casas y corrales, hoy para abastecer las chimeneas de las cocinas durante el siguiente invierno, dejando pasar primavera y verano para que la leña se seque y arda bien.

Los altos precios de gas, gasóleo y electricidad han llevado a muchas familias a aparcar su uso con la alternativa de calefacciones a base de leña propia o comprada. Desde el pasado jueves 16 de enero y hasta el próximo viernes 25 el ruido de las motosierras romperá el habitual silencio de las montañas y los valles, que, asegura un leñador, "la leña buena calienta dos veces, una al cortarla y otra al quemarla".

El pasado año solicitaron la corta de leña 588 familias. De ellas 69 en diciembre, a lo que se suman 77 en lo que va de enero, un total de 146 buscando el actual menguante, aunque serán muchas más, pues las solicitudes del pasado año muchas se reservan para estos días. En el año 2013 se batieron récords y es que los altos precios del gasóleo llevaron a 1.009 familias a optar por la leña. En 2012 fueron 1.003 familias, en 2014 bajaron a 777 y en 2015 a 631.

El consumo de leña ha subido y las solicitudes han bajado. La explicación está en que en los pueblos la mayoría de la población supera ya los 80 años y dada la dureza y peligrosidad de la corta de leña, muchos optan por comprarla de encina cortada.