Los miembros del Club de Montañismo Sanabria abrieron con una marcha los actos en recuerdo de las 144 personas fallecidas por la rotura de la Presa de Vega de TeraPresa de Vega de Tera, cuando se cumplen 58 años de la catástrofe. Un grupo de unas 15 personas, entre miembros del club sanabrés y voluntarios, recorrieron este sábado la distancia entre la Laguna de Peces y la pared de la Presa, en una jornada soleada y propicia para una caminata por el altiplano de la Sierra Segundera.

A las 10 de la mañana inició parte del grupo el trayecto al que se fueron sumando más participantes de Sanabria, Zamora y la vecina Galicia a medida que avanzaba la mañana. El trayecto largo, pero agradecido, desveló la sequía de la Sierra, las heladas que asolan el paisaje y los contados neveros que acumulan la nieve de las dos únicas nevadas importantes de este invierno. En pié y conservando su dignidad, la capilla del poblado de Moncabril recibió al grupo con una fina capa de nieve.

El grupo hizo una ofrenda de velas, que al finalizar se apagaron prudentemente, y depositaron mensajes que han quedado incrustados en las grietas de uno de los bloques de hormigón que desquebrajado de la pared de la presa, y que forman un reguero por el tramo alto del Tera. Los versos del poeta de Codesal, Argimiro Crespo, leídos por una de las participantes recordó que quien cuida esta tierra es el campesino, campesino de Sanabria rodeados de sierras amuralladas "campesino no te vayas de Sanabria". Un poema que recordó el cuidado de las tierras y la yunta de vaca, y el trabajo duro.

La iglesia de Ribadelago acoge esta tarde, a partir de las cinco y media, la misa de funeral en recuerdo a los vecinos del pueblo fallecidos, la noche del nueve de enero de 1959. Este acto se ha mantenido ininterrumpidamente desde el año 59, en un tono intimista y recogido por parte de los vecinos, excepto cuando se conmemoró el 50 aniversario que dio relevancia a una fecha de profunda tristeza para el recuerdo de supervivientes y familiares. Las críticas no se han acallado ocho años después de aquel despliegue de actos porque de todas las compensaciones prometidas por las instituciones para mejorar las condiciones de vida y los servicios del pueblo no se han cumplido, ni tampoco se ha acondicionado el Museo de la Memoria, ni se ha puesto en uso ninguno de los edificios públicos que se levantaron en el pueblo nuevo. Salvo los representantes municipales, en estos ocho años, ninguna otra autoridad relevante se ha dignado a aparecer por la misa de funeral.