Durante la Guerra Civil y tras ella, -con una comarca superpoblada, llegaron a habitar en Aliste, Tábara y Alba alrededor de 40.000 personas-, llegó a escasear la leña y tener que racionarse: ya que araba todo y había muchos ganados de ovejas y cabras. Se daba de los montes comunales un carro de jaras, otro de urces y otro de piornos por familia. "En Cerezal se araba todo, no había leña; recuerdo de niño, con seis años ir con mi padre, a lomos de la burra, a buscar plantas de jara a Lober y de escoba a Valer y Flores para plantar una tierra y tener leña" asevera el historiador y jubilado cerezalino Fernando Carbajo Antón.