La Junta de Castilla y León ha declarado oficialmente la existencia de plaga de topillo campesino (Microtus arvalis) en el territorio de Castilla y León, concretamente en la provincia de Zamora en la comarca de Campos-Pan. Así lo establece el acuerdo del 1 de diciembre por el que se determinan las actuaciones fitosanitarias de lucha contra el desarrollo de las poblaciones de topillo.

El sistema de vigilancia y control de la población de topillos previsto en el Plan director de lucha contra las plagas agrícolas en Castilla y León, detectó un "incremento demográfico de las poblaciones de topillo campesino en la primavera de 2016". Según la información oficial de la Junta, a partir de ese momento se intensificó la vigilancia sobre la evolución de los roedores con evaluaciones extraordinarias en todo el territorio de la Comunidad Autónoma que han confirmado este incremento poblacional después del periodo estival, en las comarcas de: Pisuerga (Burgos), Esla-Campos y Sahagún (León), Campos (Palencia), Peñaranda de Bracamonte (Salamanca), Tierra de Campos (Valladolid) y Campos-Pan (Zamora).

Esta situación se trasladó al grupo de expertos sobre vertebrados perjudiciales en agricultura de las Comunidades Autónomas y del Ministerio en la reunión que se celebró en Madrid el pasado 14 de octubre de 2016, en la que se reconoció la existencia de una "situación de emergencia fitosanitaria".

El 16 de noviembre la comisión de roedores y otros vertebrados del comité científico de lucha contra las plagas agrícolas valoró el informe de evaluación y estado de situación del topillo campesino correspondiente al periodo de julio de 2012 a agosto de 2016, así como los resultados de la evaluación extraordinaria realizada en septiembre y octubre de 2016. A la vista de los mismos se acordó por unanimidad una propuesta de actuaciones a realizar "en el marco de una estrategia integral de prevención y control de riesgos derivados de la presencia en el territorio del topillo campesino y su dinámica poblacional".

Las evidencias científicas indican que "las explosiones demográficas de estos roedores se producen cíclicamente y estas situaciones de máxima abundancia poblacional se pueden repetir en un futuro, por lo que es prioritaria la adopción de medidas fitosanitarias" en las zonas del territorio de la Comunidad de Castilla y León en las que los parámetros de riesgo que se observen así lo justifiquen.

La declaración oficial de plaga de topillo campesino va acompañada de una serie de medidas, cuestionadas por los sindicatos agrarios por "tardías y muy limitadas". Pero sin duda la que más controversia genera es la utilización de productos rodenticidas, recomendada como último recurso en los casos en que, "pese a la ejecución previa del resto del abanico de medidas fitosanitarias, fuera necesario combatir las colonizaciones en el interior de las parcelas de cultivo, siempre y cuando dichos cultivos estén ya implantados".

Los productos rodenticidas deberán estar ""registrados y autorizados para su uso en terrenos agrícolas contra la plaga de topillo campesino, pudiendo ser aplicados únicamente por aquellos que dispongan como mínimo, del carné de usuario profesional de productos fitosanitarios básico".

Para facilitar la vigilancia de cualquier "impacto no deseado" que pudiera suponer el uso de rodenticida se llevará a cabo, en colaboración con el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, la Dirección General del Medio Natural a través de los Servicios Territoriales de Medio Ambiente y la Dirección General de Salud Pública, un Plan de Vigilancia y Control en el que se programará un seguimiento periódico e intensivo de la correcta aplicación del producto y detección de irregularidades, con el establecimiento de las correspondientes medidas correctoras y sancionadoras.