"Alarmante" y "plaga en toda regla" son las descripciones que utilizan respectivamente representantes de Asaja y COAG al calificar la incidencia de la población de topillos en la comarca zamorana de Tierra de Campos. Aunque la Junta de Castilla y León acordaba el viernes medidas fitosanitarias para combatir la aparición de roedores en determinadas zonas de la comunidad, desde las organizaciones agrarias se apunta que el problema ya fue advertido "en el mes de junio" como asegura José Roales, agricultor de Villamayor de Campos y representante de COAG que participó en la reunión de urgencia convocada la pasada semana por el director general de Producción Agropecuaria con las organizaciones profesionales agrarias (OPAS).

"Antes de la cosecha se empezó a ver el brote y se lo comunicamos a la Junta, y en julio cosechando ya se veían daños en las alfalfas. No se ha tomado en serio, pensarían que con las lluvias y el frío se pasaría, pero no viene ni una cosa ni la otra y a estas alturas tenemos las tierras llenas de ratones" incide José Roales.

"Lo peor de todo es que las medidas no van a ser efectivas". Denuncia que "llegan tarde y no valen porque donde los topillos tienen los reservorios es donde no puedes actuar; si no podemos tocar las regueras, malecones, las orillas de ríos o las cunetas, al lado de las carreteras, no adelantamos nada".

En la misma línea van las impresiones del líder provincial de Asaja, Antonio Medina, quien apunta a la mayor incidencia en Tierra de Campos, aunque también "estamos viendo en el alfoz de Toro y zonas puntuales de La Guareña. Hay una señal evidente y es que cuando vas por la noche por la carretera ves cruzarse a los topillos; es la señal más evidente de que están proliferando".

Para Medina la climatología actual "está ayudando a que se extiendan, como no venga un invierno un poco duro de hielos vamos a tener un problema importante en primavera".

Los representantes agrarios cuestionan también que "la Junta nos quiera meter el marrón del veneno", en palabras de Roales. "Hace unos años fueron ellos los que lo echaron, pero ahora lo que van a hacer es repartir las bolsitas y que nosotros lo echemos en las huras. Yo y muchos no los vamos a hacer, ¿qué quieren que si aparece luego un bicho o un cualquier ave muerta nos carguemos nosotros con las culpas?".

Medina opina que esta decisión en manos de los agricultores "nos echa a los de medio ambiente ya los ecologistas encima; es lo que nos faltaba. Me parece que es una trampa en la que no podemos caer". De hecho, en la reunión de las Opas con el director general ya se advirtió a los agricultores de que tuvieran "discrecionalidad" con esta medida conscientes de la oposición de grupos ecologistas.

Como se informó a las Opas, el uso "excepcional" de rodenticida (Bromadiolona) se repartirá en pequeñas bolsas para introducir en las madrigueras tras el reparto del producto que la Junta tiene almacenado de años anteriores.

Tanto esta medida como otras autorizadas para combatir a los topillos son cuestionadas por los agricultores toda vez que no podrán aplicarse en zonas protegidas (ZEPA). "En estas zonas es donde hay más problemas y donde más daños están produciendo los roedores -advierte José Roales-. Ya no dejaron quemar los rastrojos y ahora tampoco se va a poder hacer nada; solo nos queda encomendarnos a que venga un invierno frío y con lluvia porque sino esto no hay quien lo pare".

Antonio Medina defiende la "limpieza de cunetas a quien le corresponda, que no somos nosotros, y es necesario que haya aves rapaces porque se ha demostrado que en las zonas donde se han instalado las casetas y los nidos hay menos topillos. Y hay una medida que puede levantar polémica con otros colectivos, que se prohiba la caza del zorro porque es un animal que come muchos topos".

Para José Roales "mientras la Junta no deje quemar todo el terreno sin limitaciones no vamos a acabar con los problemas; la quema no nos gusta pero es necesaria. A estas alturas quieren arreglar el problema, pero las medidas son muy limitadas y llegan tarde".