La explotación de ovino de Salvador Rodríguez Domínguez, de Pereruela, es elegida por Ecologistas en Acción como un ejemplo de convivencia del lobo con la ganadería gestionada en extensivo y al sur del Duero. Sin embargo el éxito es debido a un "sacrificio" humano y a una entrega pastoril invalorable. Propia de una persona entregada a su oficio y a su ganado como un santo padre a sus fieles.

"Trabajando los 365 días del año ¡qué sueldo teníamos que tener!" expresa Rodríguez Salvador, que desde que se casó hace 16 años solamente una vez ha perdido de vista al rebaño de ovejas. Dejó el ganado encargado a una persona de Pereruela, que se ocupó de las reses un fin de semana. "Marché el sábado y vine el lunes". Voló para celebrar las bodas de plata de un cuñado. Es la única escapada que recuerda este ejemplo de ganadero en más de cinco lustros.

"Esto del ganado es una vocación. El pastor no se hace, el pastor nace. Tiene que ser que te guste porque hay que dedicar los 365 días del año y sin horas. Te levantas y algunos días a lo mejor vienes a las 11 noche, ¡en invierno!; en verano te levantas antes y todavía vienes después porque, debido al calor, las ovejas campean más tarde. Esto es de gustar. Mi padre las tenía, el abuelo las tenía y va de generación en generación. A los amigos les digo que el día que me jubile, si llego a jubilarme, no tengo ni un perro. ¡A vivir, que bastante me ha tocado!" expresa el ganadero, feliz con su rebaño y con la docena de mastines y otros careas que le acompañan, tan animados como el dueño.

"Es pura vocación"

"La vida del pastor es para invitar a quienes no la conocen a que vengan con nosotros un mes. Parideras, emparejamientos, comer de prisa y salir corriendo, llevar agua y pienso de los perros al campo, cambiar cañizas, pastorear? ¿cuando acaba la jornada qué hora es? Y hay tardes de traje de agua y paraguas abierto. ¡Es una vida para vivirlo! ¡Es muy sacrificado! Lo mejor es que nadie te manda".

Salvador Rodríguez hace un mero repaso a un día cualquiera de trajín y anda muy lejos de la vida del funcionario o de quien está sujeto a horarios de mañana o tarde, que goza de moscosos, que cambia de aires todos los fines de semana y que disfruta de tiempo libre y recreativo todos los festejos.

"Sobre las nueve de la mañana -en verano a las siete- estoy viendo la nave y atiendo hasta la hora de comer, que no hay hora porque acabo cuando acabo. Luego vuelvo al campo y pastoreo de cinco a seis horas diarias. Cuando llego por la noche, que lo mismo son las ocho que las nueve que, en verano, las doce, voy a la nave a buscar ovejas paridas y a apuntar los partos. Estoy en la Sociedad Nacional de Ovino de Raza Castellana (Anca) y realizo un control de partos. Es un trabajo de sábados, domingos y, habiendo parición, todos los días. El mío es un trabajo de festivos, Navidad, Año Nuevo, Reyes y todo santo porque el ganado no entiende fiestas ni de nada. De vacaciones no he ido nunca, bueno, una vez que las tenía juntas con mi hermano, y fue antes de casarme".

Pero el trabajo de pastor aún tiene otros méritos o convulsiones que convierten a los protagonistas en unos "valientes y en unos héroes", según unos, o en unos "esclavos o desgraciados" al decir de otros.

"Quienes lo vivimos, si vienen noches de lluvia y agua, y el ganado ha quedado en las cañizas o en mal sitio, casi lo pasamos peor que las ovejas. Esto es pura vocación porque además vivimos con lo justo. Las subvenciones se dan, cuando se dan, y las dedicamos en pagar. Lo que me van a comer las reses de parir no sé si lo sacaré en corderos. Si fuera decir que trabajo por hacer dinero no lo haría. Con esto vivimos al día. Metes una pierna y luego la otra, trabajando todos los días del año. Los días de fiesta estamos comiendo y mirando el reloj porque hay que atender. Hoy sabemos, después de mucho andar en vela, la maturranga para atender el ganado, pero cuando empiezas? Son animales que no te puedes fiar".

Y tiene la suerte de tener controlado al mayor contrincante del pastor: el lobo. En su caso porque acompaña su rebaño de 450 cabezas con una escuadra de diez mastines. "Si no sería imposible tener ganado" asegura. No es partidario de eliminar al lobo. En su criterio, "si no hay lobo que controla la fauna, el jabalí lo invadiría todo y aquí no podríamos ni sembrar. En Pereruela está todo levantado y no sé si dará los campos darán algo. Esto del lobo es una cadena y hay que saber transigir. Yo prefiero que me sobren mastines a que me haga falta uno. Lo tengo comprobado".

La vida del pastor es un andar a rabo del ganado en muchas zonas, especialmente allí donde el lobo forma parte del hábitat porque ya dice el refrán que "lobo hambriento no tiene asiento".

"En la sierra de La Culebra los pastores y los mastines andamos con el ganado. Los perros ayudan, no cabe duda, pero no se acaba el problema porque a veces salen hacia un lado y algún lobo entra por otro. Pero hay zonas que pueden evitar este tipo de manejo" expresa el responsable de COAG, José Manuel Soto.

Por su parte, el secretario regional de UPA, Aurelio González, pone de manifiesto que "no puede ser que digan que tenemos que cambiar los métodos tradicionales de ganadería, y tener que estar todo el día y toda la noche con las ovejas, cuando en las ciudad hablan de conciliar la vida laboral y familiar". Dijo, además, que "con los conservacionistas hago mía la invitación de que tienen pastos gratuitos y que vengan a vivir de un rebaño de ovejas".

Lobo en toda España

La Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo, Ecologistas en Acción, Lobo Marley y WWF han elaborado una serie de propuestas "concretas y factibles" trasmitidas a las formaciones políticas para que "no desaprovechen la ocasión de actuar a favor de la conservación del lobo ibérico, en lugar de continuar permitiendo la persecución de la especie y tener que rendir cuentas más adelante ante una ciudadanía perpleja y decepcionada, ante la persecución sistemática hacia la especie".

La primera propuesta es "proteger el lobo ibérico en toda España, a través de la incorporación de la especie al Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. Además, evaluar el estado de conservación de las poblaciones al norte del Duero para estudiar su inclusión en el seno del Catálogo Nacional de Especies Amenazadas en la categoría de Vulnerable. Respecto a las regiones al sur del Duero, el lobo debe incluirse en el Catálogo Español de Especies Amenazadas y estar catalogado como En Peligro de Extinción.