El albergue de peregrinos de Tábara cerrará temporalmente las puertas en el próximo mes de diciembre, -sólo durante diez días-, con vistas a limpiar las instalaciones aplicando un sistema que utiliza vapor. Se aprovechará el último mes del año dado que debido a las inclemencias atmosféricas y a que las noches son más largas desciende el número de devotos que caminan hacia Compostela. Ello no supondrá que los peregrinos se quedarán sin cobijo, pues se ofrecerán alojamientos alternativos.

La aparición de malos viajeros, como los chinches, es una de las grandes preocupaciones de los peregrinos y responsables de los albergues. En este sentido, el de Tábara es un ejemplo a seguir en prevención y erradicación desde que tiene como hospitalero a José Almeida. Entre las actuaciones ha estado colocar fundas especiales para las almohadas y los colchones. Ahora se va a llevar a cabo "una desinfección total".

El albergue de Tábara sigue siendo pionero en iniciativas que causan sorpresa y agradecimiento entre los visitantes. A pesar de la fuerte sequía estival, a finales del verano y principios del otoño se recolectaron las sabrosas moras tabaresas criadas en la sierra de la Culebra y su entorno, convertidas luego en exquisita mermelada casera hace ahora las delicias cada amanecer de los peregrinos que saborean un desayuno aderezado con el manjar hecho de frutos del bosque, reponiendo fuerzas antes se seguir hacia Compostela.