Vecinos de los pueblos fronterizos con Portugal han optado por la venta directa de sus castañas en el país luso, donde alcanzan un precio bastante más elevado. Mientras en España los precios se sitúan entre 1,50 y y 1,80 para la variedad longal, que son las más grandes, los castañicultores que las entregan directamente en la fábrica de Braganza están percibiendo hasta los 2 euros por kilo. Entre los intermediarios en España se están manteniendo los precios, incluso si las castañas van mezcladas de varias variedades.