Carlos Pérez Domínguez es el alcalde del municipio de Figueruela de Arriba, el más afectado por los robos en el último año.

-¿Como vivís la oleada de robos los vecinos?

-Con mucho pesar y mucha preocupación, como no puede ser de otra manera, cuando ya nos han entrado en las iglesias de Moldones, Riomanzanas, Villarino Manzanas y Figueruela de Arriba, en casas particulares de Villarino y en el estanco y un bar de Figueruela.

-¿Puede influir en el caso concreto de vuestro municipio la cercanía con Portugal?

-¿Y quien lo sabe? Quizás si. Está claro que a la hora de huir haciéndolo hacia Tras Os Montes, por Petisqueira o Guadramil pueden pasar más desapercibidos.

-Llega el otoño, noches largas y pueblos con menos gente.

-Ese es nuestro problema, en Aliste, en el verano hay mucha gente y es más difícil que un forastero que llegue con malas intenciones pase desapercibido en los pueblos. En otoño e invierno son más de 12 horas de noche y somos pocos, y la mayoría mayores. La Guardia Civil realiza una vigilancia continua y su presencia en los pueblos se agradece, pero es muy difícil con tanto pueblo y territorio.

-¿Cuál sería la solución para intentar evitar los robos?

-Que los amigos de lo ajeno se den cuenta de que tenemos miedo y de que ya nadie guarda en casa más dinero que el necesario para el día a día. En las iglesias se retira tras la misa. No van a conseguir nada, solo causar destrozos y mantenernos en vilo. Ayuntamientos, alcaldes y concejales nos ponemos a disposición de los párrocos, vecinos y Guardia Civil para ayudarles.