Rabanales abrió la campaña otoñal de setas silvestres con un taller de cocina micológica que atrajo la participación de un total de 40 personas, el máximo de plazas ofertadas por el Centro de Interpretación de las Especies Micológicas.

Setas y hongos han dejado de ser sólo un complemento para convertirse en parte imprescindible de la gastronomía alistana. La zamorana Ana Losada fue la encargada de mostrar los preparados con una tortilla de patatas con foie y Boletus aereus, magnífica, para continuar con un plato a base de Boletus edulis, la seta estrella de la comarca, con tuétano, jamón y huevo, un auténtico manjar a la altura de los más exigentes paladares. Así mismo se preparó un risotto de Cantharellus cibarius y garbanzos con Boletus pinophilus.

Por la mañana tuvo lugar una animada salida campestre con la participación de un nutrido grupo de aficionados a las setas integrantes de una asociación micológica de Asturias. Se recorrió el robledal de Rabanales, aunque sin mucha suerte en lo que respecta a la presencia de setas, ya que las lluvias han llegado demasiado tarde, ya finalizado el verano.Entre los asistentes al taller estuvo el cocinero tabarés Agustín de Dios y otros de la zona, como de Grisuela, dispuestos a aprender nuevos preparados para ofrecer en sus restaurantes.

Los restaurantes de la Raya seguirán ofreciendo sus jornadas micológicas todos los fines de semana hasta el 27 de noviembre. Los restaurantes que participan, en colaboración con la Asociación de Municipios Micológicos de Aliste y Tábara, están en las localidades de Sejas, Trabazos, Rabanales, Alcañices, Tábara, Figueruela, Ceadea, Fornillos y San Vitero.