Disponer de Internet y móvil en el medio rural es un lujo. Las empresas de telefonía tienen una asignatura pendiente para garantizar una cobertura y un servicio de calidad a los habitantes de los pueblos de orografía más complicada, como es el caso de Hedroso, en el municipio de Lubián, en la subcomarca de la Alta Sanabria zamorana. En el pueblo residen permanentemente una veintena de personas, pero cuando llegan visitantes y turistas esa población se multiplica considerablemente.

Elena Silva Rodríguez alterna desde 2009 su residencia entre Logroño y Hedroso. Es una gran aficionada a las redes sociales pero el problema es que Internet y los móviles sucumben cuando aumenta la población, sobre cuando los jóvenes vienen de veraneo al pueblo. "Si el repetidor estuviera más cerca del pueblo" a lo mejor se solucionaría parte del problema porque los jóvenes que vienen al pueblo se enganchan a la red wifi de la plaza que es insuficiente.

La señal "va y viene", afirma esta joven que se desplaza en su silla de ruedas. Su manera de comunicarse con amigos, familiares, etc. es a través de Facebook, Instagram o Twitter. Prefiere Facebook porque "es más directo". El teléfono casi no lo utiliza para hacer llamadas sino que conversa a través de WhatsApp.

Pero Elena Silva es escritora, autora de "Girasoles Grises" su ópera prima de poesía publicada por la editorial Rove y ya está preparando su siguiente trabajo, una novela. Su pasión literaria arrancó en 1984 con escritos esporádicos pero ahora su vocación literaria es "más consistente".

Esta joven sanabresa, pese a su falta de movilidad, logró sacarse el título de Auxiliar de Enfermería en 7 meses pero no puede desarrollar el trabajo salvo que sea una ocupación de recepcionista que se pueda adaptar a sus condiciones de movilidad. En Hedroso disfruta de una larga estancia con sus padres hasta que el tiempo le impida salir de casa y estar en las calles y plaza del pueblo, donde reconoce que no tiene problemas de barreras arquitectónicas para salir y pasear en su silla.

La barrera tecnológica, ni las televisiones llegan con nitidez a este pueblo donde el invierno parece que se hace largo, incluso dentro de casa. Tampoco hay barreras para abonar las tarifas al mismo precio que en la capital, o cuantías incluso más altas dependiendo del operador. Un lujo.