El segundo espanto de Carbajales de Alba, celebrado ayer por la tarde, generó momentos de tensión, desconcierto y caos por la alta participación. Cientos de vehículos y numerosos caballistas, a los que sumaba una multitud de aficionados, se concentraron en la villa para presenciar la salida de tres novillos y seis bueyes desde el Corral de la Cañada hacia la Era.

Los astados mostraron bravura, llegando a entrar los tres en el pueblo. Uno de ellos, el más fugaz puesto que apenas estuvo una hora en la calle, desmontó toda la terraza de uno de los bares ante la atónita mirada de las personas que se refugiaron puertas adentro.

Otro toro atravesó el pueblo y subió por la plaza seguido por algunos vehículos, generando un caos y un barullo en el casco urbano que no pasó desapercibido para muchos vecinos indignados con el desarrollo del encierro. El animal enfiló la carretera hacia la zona del centro médico y la gasolinera, donde se concentraron vehículos y jinetes sin organización ninguna.

El tercer astado entró y salió por la zona del lomo donde fue recogido. Al final los tres toros fueron recogidos

Resultó especialmente molesto el reparto de papeles por parte de responsables municipales donde aparecía la inscripción "Organización espanto de Carbajales 2016" que fue colocada en algunos vehículos de personas ajenas al pueblo. "Se metían por donde no debía provocando un descontrol total e incluso enfrentamientos" ha apuntado uno de los participantes en el festejo.

El festejo taurino y un espectáculo musical pusieron el broche de oro a las fiestas de Carbajales en honor a la Virgen de Árboles.