La historia de la ya -tristemente- famosa explotación de ovino de San Miguel de la Ribera parece una pesadilla que no termina nunca, el ganadero Felipe García se encontraba ayer 18 ovejas muertas en el décimo tercer ataque que los lobos perpetran contra su cabaña desde el mes de julio. En esta ocasión, los cánidos habían accedido a una de las parcelas que componen la granja y habían matado a todo el lote que pastaba allí, "pero no comieron nada", casi como si la intención del depredador fuera la de burlarse del ganadero.

En total, esta explotación familiar ha perdido ya 149 cabezas de ganado, un 15% de su cabaña sin contar los abortos ni los rendimientos perdidos. Los propietarios han intentado evitar los ataques encendiendo luces y radios, comprando mastines y reforzando el vallado de su finca, pero nada parece funcionar por ahora, ni siquiera el hecho de que los agentes de la Junta de Castilla y León hayan abatido dos ejemplares ha dispersado a la manada asentada en la zona, que continúa teniendo su fuente de alimento preferida en esta granja de San Miguel de la Ribera. El delegado territorial de la Junta de Castilla y León, Alberto Castro, explicaba la pasada semana que no se podrán sacrificar más lobos porque ya se ha superado el cupo permitido, y anunciaba que la Administración pagará un nuevo tipo de vallado para probar de forma experimental en esta explotación, y que según ha podido saber este diario está siendo fabricado por una empresa de Moraleja.

Directiva europea

No obstante, el Gobierno regional sigue apostando porque Europa cambie su política respecto al lobo en el territorio de de la Comunidad al sur del Duero, donde se considera una especie protegida y solo se permite su abatimiento de forma excepcional, a pesar de que el cánido está avanzando y conquistando terreno en zonas de Zamora, Salamanca y Ávila. En la comarca de Sayago también hay lobos y varias granjas han sufrido sus estragos.