Piedra de Corrales sirvió para la construcción de emblemáticos edificios de Zamora, como la estación de ferrocarril o el Seminario de San Atilano, según recoge el próximo número del boletín municipal de septiembre, que dedica un amplio reportaje a lo que fue la actividad extractiva en el pueblo, centrada sobre todo en la conocida como cantera del tío Amaro.

La cantera se hallaba situada en un promontorio con excelentes vistas al valle, en el paraje conocido por el Pueo o la Cuestica Blanca, un lugar con un tipo de piedra arenisca y arcillosa "de fácil corte y talla, empleada principalmente en la construcción y la ornamentación. Nuestras tierras poseen en algunos lugares minas de esta piedra, de donde generaciones han estado extrayendo piedra para la construcción y tapiales".

Basándose en el testimonio de Eduardo Franco Fraile, quien conoció la cantera desde niño, el boletín municipal va desgranando detalles del funcionamiento de la cantera, adquirida por el tío Amaro, seguramente un indiano, ya que no tenía familia en el pueblo. Con el carro de Ángel Martín "Besuguito", cada día se realizaban dos o tres viajes con la piedra desde la cantera del tío Amaro hasta la estación de tren de Corrales, desde donde se llevaba en ferrocarril hasta la capital para la construcción de la nueva terminal de viajeros, que data del año 1958.

La cantera fue explotada a cielo abierto, y recuerda Eduardo que había una galería o túnel que había construido el tío Amaro, de aproximadamente unos 6 metros que tenía al final un tapón en la pared que cuando retiraba salía agua para regar el huerto que tenía este hombre allí al pie.

Por la boca de esta galería salía además la de un manantial que resudaba agua por las paredes del túnel. El agua que salía por el tapón venía de una charca o depósito que había en la parte superior de la montaña que con el agua de la lluvia y unos canales que recogían la vertiente de las laderas, servía en el verano para regar el huerto del tío Amaro.

Aquella zona se llama el Pueo y allí cerca había otro manantial de agua fresca y muy fina, que por estar próximo al camino de las Añáras, se llamaba de la misma manera y que solían mantener limpio y en buenas condiciones Filiberto Leal Gómez (Berto el carnicero) y Manolo Fresno Román (Cachorro).

Cuando la piedra buena de la cantera se agotó la extracción se trasladó a otra, propiedad de Ángel Sastre, cuyos restos aún se pueden apreciar hoy cerca del camino del Cueto, en la margen izquierda de la carretera de Zamora.

Según relata el artículo, "la cantera fue propiedad de la familia hasta la concentración parcelaria en la que todos los baldíos pasaron a manos del Ayuntamiento. Cuando el Consistorio paso sus propiedades a la masa común de la concentración para que mejorasen las tierras a concentrar, el Ayuntamiento de Corrales del Vino se quedó sin tierras de valor, aunque con la propiedad de todas o casi todas las laderas del valle, en las que apenas algunos pinos pueden progresar".

Anteriormente "de esta cantera también salió la piedra para el claustro del Seminario de San Atilano en Zamora, y seguramente para la construcción de muchas de las fachadas de las casas de Corrales del Vino y de otras localidades próximas".