Los peores augurios se cumplieron. Corría la expectación corrida de decepción, dice el tópico taurino. En la caza ocurre un poco igual, se esperaba un inicio de la campaña de la codorniz mejor que la de los últimos cinco años, y la previsión no se cumplió. La "agachadiza" se ha esfumado, se ha ido y nadie sabe cómo ha sido.

Los miles de cazadores zamoranos que ayer salieron al campo vestidos de ilusión volvieron a casa cansados y pensativos. No se explican cómo hace ocho días había muchas codornices en los pagos y ahora, nada de nada, como ayer se puso de manifiesto.

Ni el presidente de la Delegación Provincia de Caza, José Antonio Prada, ha dado con la tecla. Tiene, no obstante, una teoría: la bajada de temperaturas nocturnas la pasada semana y la luna llena ayudaron a la emigración de las pequeñas aves, se fueron buscando temperaturas más altas. "No sabemos a ciencia cierta lo que ocurre, pero se repite muchos años", dice Prada, "se ven codornices y a los pocos días, cuando se abre la campaña, nada". Y donde se van las pequeñas aves, una de las especies cinegéticas más apetecidas? Prada cree que buscan los valles de los ríos, donde hay más protección y más refugio.

La escasez de captura se repitió ayer en todas las comarcas de la provincia. En una "isla", según apunta Prada, se quedaron algunos cotos cercanos a Zamora capital, como el de Arcenillas, donde hubo cazadores que consiguieron perchas de una decena de piezas.

A falta de codornices, hubo áreas cinegéticas, como la de La Guareña, donde los cazadores se emplearon en la captura de conejos, para lo que habían solicitado el pertinente permiso a la Junta de Castilla y León, ante los daños causados por el roedor en esta zona.

Como el que no se consuela es porque no quiere, hay aficionados a la caza que piensan en el próximo domingo, cuando ya estará autorizada la captura de la paloma, una especie en crecimiento en nuestra provincia.