La villa de Alcañices ya está en fiestas. Francisco Rodríguez Alvarez, canciller del consulado de España en Tetuán (Marruecos) abrió los festejos en honor a la "Virgen de la Asunción" y a "San Roque" con un emotivo y sentido pregón lleno de recuerdos y de sentimientos encontrados, juntos, que no revueltos, de un alcañizano de pura cepa, alistano de la Raya, al que la vida convirtió en emigrante, pero sin olvidarse nunca de la tierra que le vio nacer, a la que siempre "llevé, llevo y llevaré en mi corazón".

El pregonero mostró las grandezas de su tierra, Alcañices y Aliste, y a la vez reivindicó prioridades, una de ellas "buscar pronto una solución para la Nacional 122 a su paso por Alcañices", y llamó a "unir fuerzas para su reconversión en autovía desde Zamora a la frontera con Portugal y que sirva para impulsar la comarca alistana, que depende de los propios alistanos, vendiendo bien todo lo que Aliste ofrece".

El pregón, celebrado en el claustro del centro cultural Convento de San Francisco, contó con la presencia del alcalde Jesús Lorenzo Más y de la procuradora y secretaria de la Cortes de Castilla y León Isabel Alonso.

Acto seguido tuvo lugar la proclamación de la reina de las fiestas, sangre portuguesa para el reino de los festejos más internacionales de España y Portugal. Jessica Soraia do Nascimento será la princesa lusa, vecina de la Villa, que estos días presidirá procesiones y otros actos junto a las autoridades municipales.

El Ayuntamiento de la Villa rindió un merecido homenaje y reconocimiento por los "méritos contraídos" y su "extraordinaria labor" a la agrupación de voluntarios de Protección Civil "Virgen de la Salud" de Alcañices, que desde hace años vienen desarrollando una intenso y acertado trabajo, no solo en la capital alistana, sino también en pueblos de toda la comarca de Aliste (España) y región de Tras Os Montes (Portugal). Su jefe, Luciano Rego Rivas, y varios miembros recibieron la placa de manos del director del Instituto Cervantes en Roma, el alcañizano Sergio Rodríguez.

La jornada sabatina estuvo dedicada a la tradicional fiesta de la sardina que cada año organiza el barrio de La Atalaya. Misa y degustación de jamón y limonada por la mañana, dieron paso por la tarde al teatro de guiñones Zancadillas, cortesía de Caja Rural de Zamora, para llenar la noche con la sabrosa sardinada popular, sorteo de chuletones, paletillas, jamones ibéricos y corderos, para finalizar con los bailes amenizados por la orquesta Canela. La plaza de toros será el escenario más importante de los actos de hoy.